Expectativas favorables
Las cámaras empresarias tienen en claro los cambios que deberían instrumentarse en la política del sector para mejorar la rentabilidad. ¿Alcanza con los incrementos de los combustibles? Advierten sobre la descapitalización que generan los movimientos en el surtidor.
Rosario Sica, presidente de la Federación de Empresarios de Combustibles de la República Argentina (FECRA) puntualiza tres mejoras que podrían salvaguardar el estado financiero de las bocas de expendio: “precios en surtidor libres, que nos bajen el impuesto al cheque y que se impulsen créditos a tasas bajas”.
También observa con preocupación las exenciones tributarias que se establecieron en el sur del país, dado que los clientes de las zonas limítrofes que no están bajo el régimen fiscal se van a cargar a las otras provincias, provocando fuerte caída en las ventas. Comparó la situación con Córdoba, donde rige la tasa vial.
Estos son pedidos que la histórica dirigente realiza a las próximas autoridades, en alusión directa a Mauricio Macri, presidente electo, e indirectamente a Juan José Aranguren, el futuro Ministro de Energía durante el período 2015-2019, a quien valora y espera con expectativas. Lo conoce desde cuando era presidente de Shell y mantiene buenas relaciones.
Sólo con estos estímulos al desarrollo de la actividad entiende que podrían los expendedores de combustibles volver a capitalizarse y así afrontar los incrementos de las pizarras, que implican desembolsar cada vez más dinero para hacerse de stock, y de los sueldos, que este año superaron el 38 por ciento.
Por otra parte, si bien Sica reconoce que en Cambiemos hay expertos que podrían ocupar su lugar, reconoció la labor de Miguel Galuccio al frente de YPF: “está perfecto en el puesto que está. Ha movido el autoabastecimiento y por algo lo llaman el mago. Ha hecho viajes en su gestión y se ha comprometido en persona para que vinieran los capitales al país. Es la única forma de empezar a explorar y explotar hidrocarburos no convencionales”.
Por último, Sica planteó la importancia de sostener el barril subsidiado, en torno a los 77 dólares, para mantener el nivel de actividad en los pozos y para “conservar los puestos de trabajo”. Con volumen disponible, las destilerías podrán procesar combustibles y a su vez garantizar el suministro a los consumidores. Considera que no debería haber cambios en este tema.
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