La Ley Nº 24.051 fue sancionada el 17 de diciembre de 1991 con el objetivo de controlar la “generación, manipulación, transporte, tratamiento y disposición final de residuos peligrosos”. Como era de esperar, todas las provincias adhirieron, incorporando luego disposiciones locales que ajustan el texto en base a las condiciones de cada zona.

Las bocas de expendio están alcanzadas desde un primer momento pero recién en los últimos tiempos se puso en marcha la legislación. En el caso de Misiones, Faruk Jalaf, presidente de la Asociación que las representa (CESANE) indica que “desde hace seis meses pasa por las estaciones un camión de una empresa que se contrata para recoger los residuos y enviarlos a Buenos Aires”.

En general, el empresario explica que se retira “arena” y otros elementos tóxicos de la playa de carga de combustible. Es que el anexo de la Ley 24.051 incluye en las categorías sometidas a control las “Mezclas y emulsiones de desecho de aceite y agua o de hidrocarburos y agua”.

“Es un costo más que se agrega”, plantea Jalaf. Y lamenta que es importante, dado que los residuos se envían a Capital Federal, con un costo de flete correspondiente a una distancia de más de 1.000 KM. Lo mismo ocurre en otras zonas del interior del país.

Es así cómo los operadores consiguen los Certificados que necesitan presentar ante las autoridades competentes. Para los pocos locales del rubro que aún disponen de lubricentros o lavaderos aclara que la suma es aún mayor. “El importe depende siempre del peso”, explica.

Para colmo, Jalaf lamenta que en los últimos días, como consecuencia de la devaluación que existe en Brasil y por la suba de los precios, cayeron las ventas de naftas y gasoil.

“Los extranjeros ya no vienen a cargar combustible desde los países limítrofes; algunos pocos siguen llegando desde Paraguay, pero en Brasil los productos están aproximadamente un 20 por ciento más baratos que en Argentina y encima les ofrecen descuentos por el pago con tarjetas”, lamentó.