A largo plazo
Los nafteros dominan el parque automotor en la actualidad, pero la transición energética hacia la movilidad sustentable es un tema cada vez más recurrente, por lo que surge el interrogante si el país está preparado para ello.
El parque automotor de Argentina mantiene su tendencia alcista hacia el uso de la nafta como combustible principal, mientras que la disminución del diésel y los movimientos hacia la sustentabilidad también toman lugar en la ecuación del mercado.
La flota exclusivamente a nafta ocupa más del 60 por ciento a nivel nacional, incluyendo automóviles y comerciales livianos; en tanto que la participación del gasoil bajó del 37 al 32 por ciento en el último año. La conversión a GNC por su parte se mantiene en el 12,9 por ciento, mientras que la cantidad de vehículos eléctricos aumentó 60 puntos porcentuales (total de 175 unidades patentadas), según los últimos datos que la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes compartió con surtidores.com.ar.
Ante ello, Alberto Garibaldi, director de ALG Ingeniería, analizó las tendencias que se pueden esperar para la movilidad sustentable del futuro y el tiempo que demandará para tener una mayor demanda en el país.
“Es muy difícil que se produzcan cambios en el sector petrolero, menos si no hay una producción inmediata. Por lo que un cambio de los sistemas de propulsión en el mundo será alrededor de 30 años”, sostuvo en diálogo con este medio de noticias.
“Creo que el desarrollo de la movilidad sostenible irá hacia las celdas de combustible, pero no alimentadas con hidrógeno gas, sino que probablemente a combustibles sintéticos que tengan la suficiente cantidad de energía y generen la menor cantidad de contaminación, con un alto contenido de H2. Mientras que a más largo plazo, cuando se desarrolle el fenómeno de fusión nuclear que pueda proveer de energía eléctrica barata y masivamente, se podría generar el hidrógeno a través del proceso de hidrólisis”, detalló.
El director de ALG Ingeniería también dejó en claro que lo que finalmente terminará moviendo las ruedas de los vehículos será eléctrico, por su eficiencia por sobre los motores de combustión interna y el mantenimiento “mínimo” a comparación de los existentes hoy en día.
¿Cuánto tiempo demandará la transición? Debido a que la industria local está adaptada al uso de combustibles tradicionales, la modificación del parque automotor y la infraestructura de carga podrían tardar varios años o décadas. Y bajo la mirada del especialista, “no sucederá hasta que no haya una fuente energética que permita lograr mayor autonomía y reabastecimiento”
Mientras que por el lado de los biocombustibles, que durante 2022 vieron un aumento del corte obligatorio para incrementar la capacidad de gasoil de grado 2 (común) y grado 3 (premium) disponible en el mercado expendedor, Garibaldi reconoció que sí podrían funcionar como alternativa, aunque no como una solución de la que se pueda depender al 100 por ciento.
El objetivo es promover las inversiones en el sector automotriz-autopartista a partir de beneficios tanto para motores de combustión interna y GNC, como también híbridos, eléctricos, a hidrógeno y aquellos a biocombustibles.
La empresa pública prevé avanzar con el primer proyecto de hidrógeno verde en el sur de la provincia de Buenos Aires, vector energético que las Estaciones de Servicio podrían despachar en poco tiempo.
Verónica Geese, exsecretaria de Energía de Santa Fe, planteó que ya estaba previsto que la provincia tenga corredores sustentables, donde el corte inicie en 15 por ciento para el biodiésel y de 15 a 20 por ciento para el bioetanol para luego aumentar de forma gradual.