La trepada imparable de la inflación dejó rezagados los límites de compra de los usuarios de tarjetas de crédito, que fuera siempre el método mayormente utilizado por aquellos automovilistas que aspiraban a instalar equipos de GNC.

En la medida que se fueron conjugando los ingresos bajos depreciados de la población media, con el valor dolarizado de los componentes que mantienen precios de referencia internacionales, un equipo estándar de gas para automóvil trepó actualmente a un promedio de 230 mil pesos.

En este contexto, para el presidente de la CAPEC, Federico Baratella, si bien se mantienen los planes de ahora 12 y ahora 18, “los usuarios no poseen tarjetas de crédito con la financiación suficiente, debido a que el dinero plástico está sobre utilizado para la compra de insumos básicos y alimentos de primera necesidad”.

Destalló que mientras años atrás el 70 por ciento de las ventas de equipos eran con tarjetas en cuotas, actualmente “acuden al taller dos o tres integrantes de una misma familia o amigos y cada uno aporta su tarjeta para adquirirlo entre varios”.

También explicó que se da un nuevo fenómeno a causa de la devaluación de los pesos, por el cual, en una mínima cantidad, “hay gente que paga la conversión con dólar billete de una sola vez”.

Al respecto, Baratella  adelantó que vienen manteniendo conversaciones con las entidades bancarias privadas y estatales para generar convenios que reactiven el mercado a través de una línea de financiación exclusiva para el GNC.

LAS ESTACIONES DE SERVICIO EN RIESGO

Mientras esta situación ocurre, las consecuencias sobre las bocas de expendio de GNC se sienten cada vez con mayor dureza, especialmente en las zonas urbanas como la Ciudad de Buenos Aires.

“El parque automotor impulsado a GNC se redujo casi a la mitad respecto del que circulaba por las calles porteñas hasta el año 2010”, expresó Pedro González, presidente de la Cámara de Expendedores de GNC.

En ese marco, exhortó a las autoridades a que revean el retraso de los precios de las naftas, lo que consideró el punto principal que impide que los usuarios se decidan a invertir en un combustible más económico y ecológico como el GNC.

“Los precios justos en los combustibles y las continuas postergaciones del sinceramiento del valor de las naftas, inmovilizó al mercado del gas automotor”, denunció.

“Sin una visión política de precios en materia de combustibles, las Estaciones de Servicio de GNC seguirán declinando su nivel de volumen de ventas”, pronosticó González.

Finalmente advirtió que nunca se incentivó en Argentina la fabricación de vehículos en origen con GNC, como sucede en otros países, que ponen en agenda principal la economía, la sustentabilidad ambiental y la reducción de la contaminación.