“Precios Justos”
En sintonía con el sector de Estaciones de Servicio, el Instituto de Derecho del Consumidor, exigió al Gobierno que “respete el Artículo 42 de la Constitución Nacional, que incluye la representación del grueso de la población que es la que paga”.
Luego de que la dirigencia de las expendedoras manifestara su intención de ser tenida en cuenta en las políticas de regulación y definiciones de los precios de los combustibles, la representación de los consumidores también elevó su demanda, aunque con ciertas diferencias.
Al respecto, el abogado y director de ADDUC Osvaldo Bassano, dijo a surtidores.com.ar que la política de definir valores en el surtidor a espaldas de la ciudadanía, atenta contra la economía cotidiana y la institucionalidad democrática.
“Citar a los estacioneros y a los consumidores debe convertirse en una decisión ideológica, social y política”, recalcó el especialista en leyes del consumo y lo mismo transmitió para el ámbito de debate referido a las tarifas de servicios públicos.
Si bien coincidió con los operadores en la necesidad de que todos los actores integrados en el mercado de combustibles sean parte de las discusiones, se diferenció de ellos en lo que tiene que ver con la modificación de la carga impositiva de los hidrocarburos de manera exclusiva y sectorizada.
“Lo que piden los dueños de Estaciones de Servicio solamente se puede lograr recurriendo a una reforma integral de todo el sistema fiscal argentino, a través de una ley máxima del Congreso de la Nación”, reparó.
Sin embargo, de darse este hipotético caso, expresó que “menos impuestos al consumo redundarían en una baja de los precios no solamente de los combustibles, sino de los demás productos básicos”.
Asimismo, el titular de la Asociación de Defensa de Derechos de Usuarios y Consumidores se mostró en desacuerdo total con el sendero de precios marcado con la inclusión del Programa Precios Justos que impone un tope del 4 por ciento mensual a los incrementos de los carburantes y llamó a que el Gobierno finalmente “congele los valores”.
Es que para Bassano, cualquier pequeño aumento de la nafta, disminuye el poder adquisitivo del ciudadano medio y por ende, la consecuencia directa se traduce en menos compra de combustible en los surtidores.
“Menos dinero para afrontar los gastos más importantes de la economía familia y menos poder de compra, en conclusión, menos asistencia de clientes a las Estaciones de Servicio, con menos trabajo para los empresarios y empleados del sector”, afirmó Bassano.
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