Restricciones a la movilidad
En el sector aseguran que en los últimos días cuando se profundizó el confinamiento, la actividad de los minimercados es casi nula, ya que el denominado “take away” no es una modalidad usual entre los consumidores. Advierten por el derrumbe de los despachos de combustibles.
A partir de la llegada de la pandemia, el sector gastronómico fue uno de los más golpeados en la economía y como rubro similar, los minimercados de las expendedoras de combustibles siguieron la misma suerte.
En épocas normales, los mini shops de las Estaciones de Servicio fueron un factor determinante para balancear el retroceso de expendio de combustibles y generó cientos de puestos de trabajo en base a la satisfacción de la demanda de una clientela que había adquirido la costumbre de compartir café o reuniones al mismo tiempo que dejaban su auto estacionado en la playa de carga.
“Las consecuencias de las medidas de aislamiento social para negocio del retail en nuestro rubro, son arrasadoras y la inactividad de más de un año se hace casi insostenible”, aseveró a surtidores.com.ar el presidente de CECHA, Gabriel Bornoroni.
Calculó por datos de la entidad que “el derrumbe supera el 80 por ciento interanual, porque la gente se ve imposibilitada de sentarse en una mesa a tomar un café o a tener una charla,”, recalcó y si bien reconoció que, con la flexibilización del verano se pudo retomar un mínimo porcentaje del capital perdido, no fue suficiente para encarar el esfuerzo que implica el cierre casi total que ahora se extiende hasta el 31 de mayo.
“La situación es crítica porque en esta actividad la modalidad para llevar no atrae a los consumidores”, a lo que le agregó con preocupación que “con el confinamiento también se desplomó la venta de combustibles”.
Bornoroni advirtió que según la experiencia de los asociados de todas las provincias “cada minimercado que cierra no tiene manera de hacer frente a los costos fijos como la luz, los impuestos, las cargas laborales, entre otros factores”.
“Ante situaciones inéditas como una pandemia, la economía y la sociedad necesitan un gobierno ingenioso, porque para ordenar medidas restrictivas, es preciso que se acompañen con acciones concretas que permitan la subsistencia de los puestos de trabajo y de las inversiones genuinas de capital argentino”, remarcó.
Además, reclaman que los gobiernos nacionales y provinciales, contemplen la situación derivada de la condición de actividad esencial y los nuevos aumentos de salarios, para implementar un plan de asistencia efectiva para los estacioneros.
“Si esto sigue así no nos queda otra”, advierte Alberto Boz, presidente de FAENI. Las asociaciones nucleadas en CECHA reforzarán pedidos para ingresar en los planes de ayuda del Estado y exigir que se inocule al personal.
Es un cálculo establecido por FAENI sobre la provincia de Santa Fe. Solicitan ayuda estatal para atravesar la situación y no descartan cierres de bocas de expendio. Por otra parte, lamentan la falta de vacunación en el sector.