Estudio de mercado
La salida del cepo provocará un grave perjuicio a las Estaciones de Servicio. Los cupos impuestos por las petroleras ocasionan que operen con bajo stock y su reposición el día 91 a precios de mercado, demandará un incremento del capital de trabajo que muchos empresarios no podrán afrontar
Según un estudio efectuado por la Cámara de Expendedores de la Ciudad de Rosario (CESGAR), las Estaciones de Servicio podrían perder hasta $1.650.000 debido al incremento del capital de trabajo que implica operar con tarjetas de crédito. En el modelo de sensibilidad propuesto, se determina el perjuicio financiero en base a un eje en valores nominales que representa el aumento en el combustible (considerando precio promedio ponderado) y en el otro la cantidad de litros.
Esta situación explosiva se da a partir del Decreto del Poder Ejecutivo en el que se establece la prohibición de aumentar el precio de las naftas y tiene su explicación en que los stocks en las Estaciones de Servicio vienen decreciendo a raíz de las restricciones que imponen las empresas petroleras.
La preocupación se centra en el cómo y cuándo se realizará el descongelamiento. Si se establece en tramos sucesivos, la venta en los últimos días del mes generará un perjuicio muy grande para los expendedores, ya que en términos financieros, con altas tasas de interés, la posibilidad de obtener liquidez en el mercado se encuentra restringida, al compás de un “apretón monetario” impulsado por el Banco Central.
Agrava la situación que mientras dure el congelamiento, el margen de contribución de cada litro vendido es decreciente, a la luz de la recomposición salarial, bono y demás aumentos de costos fijos.
Según se desprende, de las cerca de 4800 Estaciones de Servicio que hay en todo el país, un 30 por ciento se encuentra en riesgo de subsistencia. Al respecto, el Gerente de CESGAR, Cristian Bergmann, apunta que el gran problema a resolver es de las estaciones de menores volúmenes de venta que comercializan solo líquidos, sumado a las de bandera blanca que al no conseguir producto a un precio razonable, se encuentran en riesgo inminente de cierre.
“La gravedad de la situación requiere de la intervención de las autoridades públicas tendientes a buscar soluciones que contemplen a toda la cadena del petróleo, incluyendo la comercialización, que como último eslabón es el más débil”, subrayó Bergmann.
A la luz de haberse conocido la caída en la demanda de la nafta súper y analizando el comportamiento del ciudadano medio asalariado, el Consultor Damián Di Pace aseguró que el porcentaje que pueda influir la estabilidad de los precios de los combustibles, no se reflejará en un crecimiento de las ventas en Estaciones de Servicio.
De acuerdo a un reciente informe dado a conocer por la Secretaría de Energía, en agosto – mes en que se dispuso aplicar un precio tope a las naftas y gasoil – la demanda interanual en Estaciones de Servicio retrocedió 3.70 por ciento. La venta de súper disminuyó por primera vez después de tres años y medio.
Señalan que el Gobierno debió haber instrumentado una regulación en el precio de los combustibles líquidos de manera gradual y no un cepo. Y advierten peligros en el corte de la cadena de pagos