La crítica situación que transita el sector de las Estaciones de Servicio no vinculadas contractualmente con las grandes compañías, motivó que sus titulares evalúen la realización de un paro nacional.

Si bien por el momento no hay una definición de la fecha en la que se llevaría a cabo, los empresarios aseguran que de persistir las actuales condiciones, la medida de fuerza podría decidirse cuanto antes.     

“Lo que nosotros venimos pidiendo permanentemente es que las petroleras y el gobierno nacional nos respeten como sector, es decir, que nos consideren parte integrante de la cadena de valor y nos reconozcan una renta por encima del punto de equilibrio”, asegura Alejandro di Palma, representante de los expendedores blancos.

Actualmente los establecimientos que integran este segmento totalizan alrededor del millar. Las condiciones comerciales que deben afrontar para proveerse son muy diferentes de las estaciones que llevan una marca: precios por encima de los de venta al público de cualquier negocio embanderado, abastecimiento irregular y en consecuencia, un volumen despachado cada vez menor.

“No importa si estamos hablando de líquidos o de GNC, nuestro presente es desastroso”, lamenta di Palma. “Muchos colegas están recibiendo intimaciones fiscales y hasta ejecuciones, estamos desesperados”, agrega.

En ese sentido insiste: “¿Qué pasaría si para el 40 por ciento de las estaciones del país? Sería un verdadero problema porque el 60 por ciento restante no puede vender todo el combustible necesario”, expresó el empresario.

“Nos están obligando a esto”, enfatiza, “es una locura lo que están haciendo, no tiene ningún sentido, es absolutamente ridículo. Acá hay un conjunto de negociaciones en una mesa de misterio que se desconoce, pero que existe indudablemente y que nosotros no integramos. Y nuestra renta forma parte de esa transferencia de recursos que el Estado ha acordado con las petroleras”, alertó di Palma.