Pese a la gran diferencia que existe entre el parque automotor – México más de 50 millones de unidades y Argentina 13 millones -, y la cantidad de Estaciones de Servicio -12800 contra 5000 – la realidad del sector expendedor de ambos países presenta varias semejanzas. Entre las principales similitudes, se destaca que es su gran mayoría, el negocio está compuesto por empresarios Pymes.

En diálogo con surtidores.com.ar, el presidente de la ONEXPO, Roberto Díaz León, expresó sin embargo, que en contraste con lo que sucede en Argentina, las bocas de expendio mexicanas no recibieron ningún tipo de subsidio. “No hubo programas de ayuda del gobierno hacia las pymes”, lamentó aunque destacó que, por gestiones de la entidad con entidades bancarias y empresas emisoras de lo que se llama “monederos electrónicos”, los asociados pudieron recibir una buena respuesta con condonaciones y postergaciones de deudas e intereses, como también, respecto de las comisiones del dinero financiero.

PRECIOS LIBRES Y CON “RESPONSABILIDAD”

El dirigente empresario se refirió a las políticas de precios al surtidor que se maneja en México, la cual difiere completamente de lo que sucede en Argentina. Es decir que mientras a nivel nacional, los valores están “congelados” por decreto del gobierno, allí el estacionero tiene la libertad de modificar sus pizarras todas las veces por día que lo considere necesario.

“Solamente se nos exige que informemos a la autoridad competente con una hora de anticipación si vamos a realizar algún cambio en los importes”, expresó Díaz León y agregó que el promedio del litro de nafta regular ronda 1 dólar.

Además explicó que “son en total tres tipos de combustible los que se venden en México, es decir dos tipos de naftas y uno de gasoil”, a lo que añadió que “la petrolera PEMEX es quien manda en el mercado, con 77 terminales repartidas en todo el país, pero con 77 niveles de precios diferentes”.

Destacó que la variable más importante que hacen a la conformación del precio al público del combustible es la referencia con Houston en EEUU, a lo que se le suman dos impuestos, el IVA y el IEPS, junto con los costos de la logística para cada caso.

Diferente a la Argentina también es el transporte del combustible para abastecer a cada punto de expendio, ya que mientras aquí todo se reparte por camiones, en México existe una red plural de camiones, barcos, trenes y hasta ductos, a los cuales, se le anexa el denominado “flete de última milla”, que es el vehículo que finalmente descarga en cada expendedora.

Díaz León aseguró que “en materia de precios, intentamos actuar con responsabilidad, ya que el combustible forma parte de la canasta básica de la población”. Agregó que “del nivel de maduración del mercado en cada región depende el valor del surtidor y hoy en día, existen colegas que modifican los precios en función de la necesidad del negocio o de las horas de mayor o menor consumo”.

Finalmente, al ser consultado sobre la modalidad de autoservicio en el país, expresó que como sucede en Argentina, el cliente prefiere pagar unos centavos más, pero ser atendido por un empleado especializado.

En ese mismo sentido, subrayó que si bien no está prohibida esta forma de despacho, “las normativas exigen personal idóneo y capacitado para manipular los elementos y garantizar la seguridad del comercio y el medioambiente”.