A pesar de los aumentos de precio de las naftas y la diferencia económica a favor de los automovilistas que brinda el GNC, existe preocupación entre los diferentes protagonistas del mercado del gas automotor por el amesetamiento, en la curva de crecimiento de las conversiones.

Ya se dio a conocer a través de este medio que hubo una recuperación interanual en el mercado pero fue medida con parámetros anormales, ya que entre el 2020 y el 2021, hubo casi medio año de aislamiento sanitario que impidió la instalación de nuevos equipos.

Pero si el metro cúbico de GNC cuesta menos de la mitad del litro de nafta súper en promedio y el Estado ofrece planes de compra en cuotas. ¿Por qué no alcanzan estos incentivos para que  crezca y se desarrolle el parque automotor impulsado a gas?

La respuesta la dio a surtidores.com.ar el director de la comisión de GNC de CECHA Pedro LLorvandi, quien  responsabilizó directamente a las entidades financieras porque a pesar de tres años consecutivos de inflación y devaluación, no actualizaron los márgenes de crédito de los usuarios de tarjetas.

De esta manera, opinó que se torna imposible para un trabajador que gana un sueldo fijo mensual levemente superior a la canasta básica, invertir en un equipo de gas porque su banco sigue limitándole el uso del plástico a no más de 30 o 40 mil pesos.

Según Llorvandi, esta restricción no solamente la sufren los que tienen ingresos medios, sino que los clientes de mayor poder adquisitivo de los bancos tampoco han sido beneficiados hasta el momento con una actualización de nivel de crédito.

“Resulta impensado que un potencial cliente de GNC acceda a la compra de un equipo que hoy ronda los 70 mil pesos si su tarjeta no le permite gastar más de 30 mil pesos por mes, teniendo en cuenta que también suele utilizarse este sistema para el pago de alimentos y productos de primera necesidad”, lamentó el presidente de la Cámara de Expendedores de Santiago del Estero.

“El trabajador tiene hoy la posibilidad real de asumir el costo de las cuotas, pero se encuentra con el problema de que los bancos no le permiten acceder a un plan que le cubra el valor porque los bancos no asumieron la realidad económica de la desvalorización de la moneda”, dijo.

Vale destacar que esta situación está siendo analizada por todos los referentes del sector, llámese estacioneros, fabricantes de equipos, instaladores y fabricantes de cilindros, para que el Banco Central de la República Argentina emita una resolución que intime a los emisores de tarjetas para que reactualicen límites disponibles para adaptarlos a los números reales de la economía cotidiana post pandemia.

De acuerdo a los sondeos de la cámara de instaladores de GNC de Santiago del Estero, entre 2019 y 2021, se retrajo la cantidad de pedidos y a esto se le agrega que las ventas de las Estaciones de Servicio aún están un 25 por ciento por debajo de los niveles de expendio anteriores a la crisis del COVID.

“El movimiento de la rutina diaria está en niveles mínimos de actividad, tanto para fletes, taxis, remises y transportes escolares, los consumidores hoy en día necesitan capacidad en su tarjeta de crédito para acceder a la posibilidad de ahorrar en un combustible sano y económico”, finalizó Llorvandi.