Pocas expectativas
Compran combustibles al mismo precio que las expendedoras embanderadas, lo ofrecen al público y carecen de suministro regular. Muchas debieron discontinuar el despacho de líquidos y abocarse solo al GNC.
Hace dos décadas atrás, las Estaciones de Servicio Blancas eran las bendecidas del mercado. Libres de ataduras a la política comercial de las petroleras, compraban combustible importado -era más barato que el refinado localmente- y lo vendían a mejor precio.
Por aquella época tenían una rentabilidad que duplicaba a las de bandera; sin embargo con la salida de la convertibilidad la situación se dio vuelta. Desde ese momento solo sumaron problemas y cientos debieron cerrar, mientras que las que sobrevivieron se abrazaron a una esperanza de continuidad que este presente amenaza quitarles definitivamente.
Sebastián Barinaga es el gerente de “Líder Oil”, un innovador emprendimiento que ofrecía abastecimiento, imagen corporativa, marketing y hasta un certificado que garantizaba la calidad de los productos que se despachaban en las estaciones de la red. La iniciativa estaba dirigida a este tipo de emprendimientos, pero hoy la realidad le puso freno a sus ilusiones.
“Las expectativas eran muy positivas hasta que la desregulación de los precios dio por tierra con el proyecto”, señala el empresario. “En las actuales condiciones el distribuidor mayorista no tiene margen de maniobra”, afirma desesperanzado.
Explica que las petroleras les venden el combustible al mismo precio que las estaciones abanderadas lo ofrecen al público. “El expendedor no tiene rentabilidad posible ya que si pone en el surtidor el valor real nadie va a cargar a su comercio, las que tienen una boca de red cerca se funden irremediablemente”, sentencia.
Barinaga agrega además que algunas ponen cupos, lo que les imposibilita además poder distribuir regularmente naftas o gasoil a los pocos clientes que aun compran.
“Esta situación va a complicar la siembra ya que muchos operadores blancos proveen al campo”, sostiene. “Hay localidades donde hay solo una estación y en general es sin marca, sin utilidad el empresario no puede comprar combustibles y el que tiene disponibilidad económica no lo va a conseguir fácilmente”, advirtió finalmente.
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