Plan de Sustitución de Combustibles Líquidos
El 21 de diciembre de 1984 se inauguraron las dos primeras estaciones de recarga de GNC en Buenos Aires. Tras un desarrollo imparable que convirtió a la industria en líder mundial, el presente encuentra a la actividad atravesando la peor incertidumbre de su exitosa historia
A principios de 1983, la Secretaría de Energía de la Nación y la Asociación del Gas Argentino (AGA), decidieron impulsar la utilización del gas natural como combustible alternativo para la propulsión de vehículos automotores.
La actitud decidida del organismo y de algunos empresarios posibilitó acordar la conveniencia de lanzar el Gas Natural Comprimido. En ese marco se delegó en las empresas estatales en aquel momento, Yacimientos Petrolíferos Fiscales y Gas del Estado, la promoción y reglamentación del Plan de Sustitución de Combustibles Líquidos por GNC.
El 21 de diciembre de 1984, en Buenos Aires, se inauguraron las dos primeras estaciones de carga, una de Gas del Estado y otra con bandera YPF. Seguidamente, en abril de 1985 se estrenó una segunda estación promocional. Esto marcó el comienzo y al mismo tiempo concluyó la etapa de ayuda oficial, suficiente para demostrar que la iniciativa era posible, quedando el posterior desarrollo enteramente en manos privadas.
Actualmente en Argentina existen 1.700.000 vehículos convertidos a GNC (lo que representa el 15 por ciento del parque automotor) y el consumo anual de los mismos es de 2.700 millones de litros de nafta equivalentes. Otro dato significativo es que el 12 por ciento de los vehículos a gas natural del mundo, se encuentran en nuestro país.
El avance tecnológico de las empresas del rubro ha convertido a la Argentina en líder mundial indiscutido. Prueba de ello son los más de 1.000 millones de dólares que han exportado a lo largo de la última década en los cinco continentes.
Tal expansión sin embargo, tiene su contracara puertas adentro. Es que el último año debido al exorbitante aumento de tarifas aplicado al GNC y los cambios en la modalidad de facturación, pusieron al sector al borde del colapso sumiéndolo en la crisis más profunda de su exitoso historial.
Es por esta razón que Pedro González, Vicepresidente de la Cámara de Expendedores de GNC, asegura no tener motivos para festejar. “La industria está transitando su peor momento; cierran talleres, se hacen muy pocas conversiones y las estaciones cada vez venden y ganan menos”, lamenta.
El empresario reclama algún gesto del Gobierno para combatir la incertidumbre de los usuarios. “No hablo de subsidios ni mucho menos, solo necesitamos una señal de respaldo para que la gente sienta que el GNC seguirá siendo conveniente”.
González señala que “quienes estamos desde hace mucho tiempo en esto seguimos confiando que esta situación se va a revertir”, aunque pragmático, asume que depende de le decisión de las autoridades. “Los incrementos de costos fueron muy duros con el gas vehicular que ocupa un escaso 7 por ciento del consumo total, los funcionarios no deben olvidar que este es un combustible de uso intensivo que aprovecha la clase trabajadora y cuya industria brinda empleo a más de 50.000 personas que hoy temen por su continuidad laboral”, concluyó
Acivar/desactivar voz
Leer página