Pese al récord en ventas de combustibles, el margen de rentabilidad sigue siendo exiguo para los estacioneros. Existe preocupación en el sector por la suba de los costos operativos mientras los precios siguen sin actualizarse.

Asimismo, los cambios en los cargos políticos también generaron incertidumbre para la toma de decisiones sumado a la inestabilidad de abastecimiento de producto, que conjuga una ecuación de escepticismo que no parece tener fin.

“Estamos en una situación de espera, una quietud que puede terminar en tormenta”, expresa Guillermo Lego, gerente de la Confederación de Entidades de los Hidrocarburos de la República Argentina (CECHA). En diálogo con surtidores.com.ar, asegura que es momento de achicar gastos.

Este contexto genera que no haya solicitudes de créditos en las entidades financieras. El Banco Nación este año extendió su línea bonificada para invertir en mantenimiento y reparaciones pero, aunque al principio algunos pocos accedieron, “hace meses que no hay interés en esta alternativa” informa el directivo.

Esta ofrece una tasa fija con menos 2 puntos porcentuales anuales (ppa), plazo de gracia de 6 meses de capital y una amortización en 48 meses mínimo y 60 meses máximo. En tanto que para capital de trabajo, se asigna una tasa fija con menos 2 ppa, siendo el plazo mínimo de amortización de 18 meses.

Para acceder, el banco solicita una memoria descriptiva de las inversiones a realizar, el presupuesto de uno o más proveedores por el monto de la inversión y un flujo de fondos por la duración del crédito.

“Los números no cierran para encima sumarse gastos en créditos sujetos al índice de inflación, en un período tan inestable para la economía argentina. Hasta que se vea más claridad para poder predecir de manera aproximada la amortización, no será una alternativa atractiva”, explica Lego.

Incluso, indica que aún hay muchas Estaciones de Servicio que están por debajo del punto de equilibrio y eligen resguardarse ante un posible aumento de salarios al que se deban enfrentar.