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En los últimos seis meses, el sector ha experimentado transformaciones profundas obligando a los empresarios a adaptarse a una nueva realidad, forzando a muchos a reducir márgenes para captar y mantener clientes.
Los cambios experimentados en la actividad de las Estaciones de Servicio desde que asumió el nuevo Gobierno, ha creado la necesidad urgente de encontrar un nuevo equilibrio en las operaciones.
Ya no es solo una cuestión de cuánto se gana en la línea final o cuál es el mínimo de ventas necesarias para cubrir costos, sino también de gestionar adecuadamente la dimensión financiera, un aspecto crucial que a menudo se pasa por alto.
Para ser más competitivos, los operadores han tenido que ampliar sus servicios y productos, lo que ha implicado la reapertura de cuentas corrientes y la extensión de créditos a los clientes. Esta estrategia, aunque necesaria, impacta significativamente el flujo de fondos: se paga por el combustible en plazos muy cortos, mientras que las ventas pueden cobrarse en períodos que varían desde una semana hasta 30 días, dependiendo del modelo de negocio.
“Esta brecha puede ser letal para muchas estaciones que, aunque rentables en teoría, no logran gestionar adecuadamente su flujo de caja”, apunta el consultor Sebastián Jukic. “Sin fondos suficientes, pueden caer en un círculo descendente: aumento de deudas, costos elevados para llegar a fin de mes, problemas para pagar a proveedores, pérdida de suministro y, eventualmente, cierre del negocio”, advierte.
En este sentido, ejemplifica que “la salud financiera de una Estación de Servicio es tan vital como el aire para una persona”. Al respecto, explica que cualquier error de cálculo puede llevar a un colapso. “Hoy, las altas tasas de interés y la variabilidad mensual de los precios de combustible añaden complejidad al escenario. Para vender a clientes del agro o del transporte, se necesita ofrecer cuentas corrientes con pagos a 30 días, pero si estos se demoran, el capital de trabajo puede volverse extremadamente negativo, afectando gravemente el futuro del negocio”, previene Jukic.
Hoy las estaciones están en un punto crítico de transformación. La competencia ha creado un entorno desafiante que requiere de una adaptación constante. “El éxito a largo plazo dependerá de la capacidad para equilibrar la rentabilidad con la estabilidad financiera, utilizando herramientas y estrategias adecuadas para gestionar el flujo de caja y el capital de trabajo. Con la educación y el entrenamiento adecuados, los operadores pueden navegar estos desafíos y emerger más fuertes y resilientes en el futuro”, precisa.
Al respecto, afirma que el “Laboratorio de Finanzas”, una iniciativa lanzada dos veces al año, ofrece herramientas indispensables para ayudar a los estacioneros. “Este programa, de alta repercusión y valor agregado significativo, enseña a los participantes a entender su resultado operativo, identificar su punto de equilibrio y determinar los indicadores necesarios para mantenerse a flote. Además, capacita a los propietarios y asegurando que comprendan la viabilidad de sus operaciones en tiempos turbulentos”, precisa el especialista.
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