El presente documento centra su análisis en el Informe preparado por
Los brotes de violencia que se producen en los lugares de trabajo de todo el mundo permiten concluir que este problema rebasa en efecto las fronteras de los países, los ámbitos de trabajo o cualesquiera categorías profesionales. En algunas ocupaciones, como los empleados de estaciones de servicio sobre todo en los turnos de noche, existe un grado de riesgo ante la violencia mucho mayor que el correspondiente a otros ámbitos u ocupaciones.
Dicho riesgo es considerablemente mayor para las mujeres.Tanto los trabajadores como los empleadores reconocen cada vez más que las agresiones psicológicas son una forma grave de violencia. La violencia psicológica incluye el amedrentamiento de grupo o “mobbing“, es decir, la intimidación y el hostigamiento psicológico colectivos.
Según los datos contenidos en esta encuesta, los trabajadores franceses son los más expuestos a convertirse en víctimas de actos de violencia en el lugar de trabajo: el 11,2% de los varones y el 8,9% de las mujeres denunciaron haber sido objeto de agresiones en el año anterior. Entre los datos relativos a otros países figuran los siguientes: en Argentina, el 6,1% de los varones y el 11,8% de las mujeres indicaron haber sufrido agresiones en el año anterior; en Rumania, dichos índices fueron de 8,7% y 4,1%; en Canadá, de 3,9% y 5%; en Inglaterra/Gales (considerados como una unidad), de 3,2% y 6,3%; por último en los Estados Unidos, de 1% y 4,2%.
En los últimos años, se han conocido nuevos antecedentes que demuestran las consecuencias y daños resultantes de la violencia no física, que suele denominarse “violencia psicológica“. En esta quedan comprendidos los siguientes comportamientos:
Amedrentamiento– El amedrentamiento en el lugar de trabajo está siendo citado con mucha frecuencia en las quejas sobre violencia laboral. Se trata de todo comportamiento ofensivo de un miembro del personal que, mediante actos revanchistas, crueles, malintencionados o humillantes, busque debilitar la condición de otro trabajador o de un grupo de trabajadores. Concretamente, puede tratarse, por ejemplo, de:
Crear dificultades cotidianas a toda persona que pueda desempeñar mejor las funciones profesionales del “amedrentador”.
Alzar la voz o gritar sistemáticamente al dar instrucciones al personal subalterno.
Imponer el “amedrentador” sus puntos de vista como única manera correcta de realizar las tareas.
Negarse a delegar responsabilidades argumentando que nadie merece su confianza.
Mortificar a otros miembros del personal con críticas negativas incesantes o privar de responsabilidades a los trabajadores que muestren grandes competencias o aptitudes profesionales.
Intimidación y hostigamiento colectivo– Un problema que se agrava cada vez más es la práctica conocida como “mobbing” o intimidación y hostigamiento psicológico que un grupo de trabajadores ejerce sobre otro trabajador que convierten en blanco de su hostilidad. Entre las formas que reviste este comportamiento, figuran, por ejemplo: la repetición de comentarios negativos sobre una persona o las críticas incesantes en su contra; “hacer el vacío” a un trabajador, desalentando todo contacto social con éste; o la propagación de chismes o de información falsa acerca de la persona que se quiere perjudicar. Se ha estimado que el hostigamiento psicológico es un factor coadyuvante en
Las personas que trabajan solas en pequeñas tiendas o estaciones de servicios suelen ser considerados “blancos fáciles” por los delincuentes. En los Estados Unidos los trabajadores de este rubro figuran en cuarto lugar entre las ocupaciones más expuestas a agresiones mortales. Quienes trabajan solos fuera de los horarios habituales: el personal de limpieza, mantenimiento y reparaciones; está particularmente expuesto al riesgo de agresiones físicas.
El mencionado informe, además, indica que la violencia en el entorno de trabajo se deriva de una combinación de causas, relativas a las personas, el medio ambiente y las condiciones de trabajo; así como a las formas de interacción entre los propios trabajadores, entre los clientes y los trabajadores y entre éstos y los empleadores.
Asimismo, los actos de violencia provocan una alteración inmediata y a menudo duradera de las relaciones interpersonales, la organización del trabajo y el entorno laboral en su conjunto. En los empleadores recae el costo directo del trabajo perdido y de la necesidad de mejorar las medidas de seguridad. Entre los costos indirectos se pueden citar la menor eficiencia y productividad, la reducción de la calidad de los productos, la pérdida de prestigio de la empresa y la disminución del número de clientes.
El Informe de
En la búsqueda de soluciones para el tema de la violencia en el trabajo, los empresarios tienen la responsabilidad de concientizar sobre que nada bueno puede salir del maltrato; asimismo, el empleado debe cumplir la tarea encomendada con los niveles y requisitos exigidos, para así poder exigir respeto. También es importante el papel de la negociación colectiva, mediante conductas responsables de los actores sociales comprometidos, que sin duda actuarán con sentido común.
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