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A diferencia del GNC, donde la obligación es estricta por cuestiones de seguridad, en los combustibles líquidos no existe reglamentación que ordene al conductor a descender del vehículo. Especialistas en seguridad e instructores de estaciones analizan la situación y el rol de las nuevas tecnologías.
Permanecer dentro del vehículo mientras se cargan combustibles es hoy una práctica frecuente en las Estaciones de Servicio. A diferencia del GNC, donde la normativa exige descender, en el caso de nafta y gasoil no hay disposiciones vigentes. Esta falta de regulación abre una discusión que enfrenta a expertos y operarios en torno a la seguridad.
El ingeniero Carlos Cozzolino, asesor en seguridad e higiene de la Federación de Entidades de Combustibles, explicó a surtidores.com.ar que “el peligro siempre existe, aunque no hay estadística alguna que demuestre incidentes relacionados con permanecer dentro del auto durante la carga de combustibles líquidos”.
Según detalló, las estructuras modernas de las estaciones “cuentan con ventilación por los cuatro puntos cardinales, lo que garantiza la oxigenación permanente y evita la acumulación de gases”. En ese sentido, subrayó que las petroleras han incorporado sistemas de pago digital que permiten que el cliente permanezca en su vehículo sin riesgo.

“Lo importante es siempre respetar las normas de seguridad obligatorias en las bocas de expendio”, insistió Cozzolino, aunque destacó que con la llegada de las aplicaciones móviles “las mismas empresas se ocupan de garantizar que no haya peligro si se abona desde el habitáculo”.
Por su parte, el capacitador de Estaciones de Servicio Gustavo Bramante, coincidió en que no existe ninguna normativa específica. “No hay ningún direccionamiento ni desde el rol de atención, ni desde las petroleras, ni desde la Secretaría de Energía. Esa es la realidad”, afirmó también a este medio.
Para Bramante, la práctica queda librada a la costumbre de los clientes: “Hay gente que baja porque le gusta que lo atiendan en persona, y hay otros que prefieren permanecer en el auto y pagar desde la ventanilla”.
En ese sentido aclaró que gran parte de la discusión tiene un componente de percepción. “Al playero se le paga un sueldo para cumplir una tarea: atender al cliente como este prefiera ser atendido. No existe una normativa que lo estipule, ni la hubo nunca. Muchos interpretan que algunos conductores son maleducados cuando entregan la llave del auto, pero en realidad se trata de costumbre: el cliente se habituó a que le abran el vehículo, a que esté limpio y a recibir un trato cuidado”, expresó.
“El trabajador, en definitiva, hace lo que la compañía le pide, igual que cuando el usuario solicita una factura A o C y debe resolverse aunque implique más tiempo. Desde mi experiencia en la capacitación, puedo asegurar que la mayoría de los playeros son muy amables y se esfuerzan por brindar un buen servicio”, concluyó Bramante.
la gente es cómoda, pienso que deben bajarse para garantizar que se le esta cargando el combustible que desean, tal vez no sea por respeto pero si por seguridad de ellos mismos. Para evitar las dudas que si se cargo o no, (la mayoría de veces falla su tablero) y nos encajan la culpa a nosotros los playeros. ELLOS SON LOS QUE NECESITAN EL COMBUSTIBLE QUE SE BAJEN Y VEAN.
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