“¿Por qué si todos los comercios y empresas aumentan sus precios en la medida que los obliga la inflación y los productos de primera necesidad siguen su ola ascendente, nosotros no podemos ajustar el único producto que vendemos?”, se preguntó el presidente de la Cámara de Estaciones de Servicio de Salta, Manuel Pérez.

Luego de que el Secretario de Energía Darío Martínez confirmara que la nafta y el gasoil no iban a retocar sus valores por lo que resta del 2021, el dirigente criticó la actitud de los gobernantes, quienes impusieron una idea “errónea” sobre los combustibles.

A su entender, “los políticos dicen que no aumentan porque incide directamente sobre los precios de los alimentos, pero se comprobó que es una visión por lo menos equivocada, ya que a pesar de que no se actualizaron los alimentos siguen en suba permanente”, recalcó.

En este marco de situación, Pérez advirtió que “el techo de los costos fijos de una Estación de Servicio está acercándose vertiginosamente al piso del precio de venta al público de los combustibles”.

Con este concepto, adelantó que “en noviembre cuando haya que renovar las discusiones paritarias, no tendremos margen alguno de asumir la nueva escala salarial”, al tiempo que asumió que “nosotros vemos a nuestros empleados cada día y nos damos cuenta que lo que ganan no les alcanza, pero de la misma forma, nos resulta caro pagar los sueldos de hoy”, describiendo así un círculo vicioso sin solución a la vista.

“Con precios atrasados, congelamiento de combustibles, inflación progresiva y paritarias en alza, el panorama es oscuro”, comentó Pérez y al ser consultado sobre una posible reforma impositiva que beneficie a los estacioneros, la descartó de plano porque aseguró que “el Estado tiene las mismas necesidades de fondos que nosotros”.

DISTORSIONES QUE PERJUDICAN

Por otra parte, recordó que en el encuentro mantenido días atrás con los funcionarios de la Secretaría de Energía junto a CECHA, expresó que a su entender es una injusticia para los habitantes del NOA que consumen GNC y viven de este combustible, que deban pagar el metro cúbico hasta 5 pesos más caro que el resto de los consumidores del país, debido a las desfavorables condiciones de compra que deben afrontar los estacioneros de esa región del país.

“No es un problema de competencia sino un dilema de injusticia social para los habitantes de esta zona de nuestra Argentina”, sentenció Pérez.