Apenas superan las 1000 activas
Desde el sector expendedor señalaron que la ecuación deficitaria de la rentabilidad es una de las principales causas y plantearon que podría haber más puntos que aún no notificaron la baja.
Los ingresos del sector estacionero cada día se encuentran más comprometidos, producto de la regulación de los precios de venta de los combustibles y que los costos operativos que afrontan las bocas de expendio se mantienen a la alza, conforme al índice inflacionario nacional.
Y en este contexto, el segmento de las denominadas Estaciones Blancas es uno de los más afectados, ya que sufre una serie de dificultades originadas en la escasez de producto y un valor de surtidor poco atractivo respecto de las petroleras de bandera.
Tal es así que, en el transcurso del último año, cerraron 45 establecimientos sin bandera, un segmento que hoy en día apenas supera los 1000 negocios, de los cuales 784 sólo despachan combustibles líquidos y las 218 restantes son duales, de acuerdo a información de la Secretaría de Energía de la Nación.
El relevamiento da cuenta que en 15 jurisdicciones disminuyó el número de bocas de expendio de estas características. La mayor pérdida se registró en la provincia de Buenos Aires, donde se dieron de baja 19 puntos operativos, seguido por Entre Ríos, Formosa y Neuquén (5 cada una). Mientras que en Catamarca (4), La Rioja (1), Santa Fe (2) y Santiago del Estero (5) fueron los únicos sitios donde hubo nuevas incorporaciones.
Guillermo Lego, gerente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA), conversó con surtidores.com.ar y apuntó a que la ecuación deficitaria de la rentabilidad es una de las principales causas de tal cantidad de cierres.
“Evidentemente con los costos crecientes no se vende la cantidad suficiente para afrontar los gastos operativos; sumado a que también afectó los percances de la sequía, dado que las expendedoras blancas del interior del país tenían utilidad para la venta de gasoil, principalmente en el agro”, sostuvo.
“Asimismo, las petroleras están un poco reacias a entregar productos y así como imponen cupos a las Estaciones de Servicio de su bandera, cada vez más retringen el combustible a los distribuidores que entregan a las blancas, por lo que éstas tampoco tienen producto. Y si a eso se agregan los incrementos salariales y que los precios se mantienen congelados, la situación empeora aún más”, añadió.
De todos modos, Lego planteó que podría haber más bocas de expendio blancas cerradas que hasta el momento no están informadas oficialmente, ya sea porque se trata de una clausura momentánea o porque el gasto de la remediación de suelo necesario resulta difícil de afrontar.
“El cierre temporal de 12 meses implica la realización de un tratamiento con los tanques para que no haya contaminación. Mientras que el permanente incluye su quita de los tanques y la auditoría que analiza el estado de la tierra”, explicó.
“Y si bien es razonable que se pida, la realidad es que cumplir con todo ese proceso representa un costo enorme. Es decir que, si la Estación de Servicio cerró porque llegó a su límite, quizás tampoco puede afrontar ese gasto para normalizar la situación, por lo que más de uno no realiza la clausura formal que exige la Secretaría de Energía”, complementó el gerente de CECHA.
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