Lo que viene
En un contexto post pandemia y de constantes cambios, Gustavo Bramante, capacitador y asesor de Estaciones de Servicio, analiza la dicotomía entre la modalidad de formación presencial y virtual ¿Qué dejó el 2022 como enseñanza y cómo proyectarlo hacia una mejor atención?
La tecnología en el mundo de la educación se continúa integrando muy lentamente en comparación a como lo hizo en otros sectores. No obstante, la pandemia funcionó como aceleradora natural de ese proceso por la necesidad de mantener informado al personal de las Estaciones de Servicio a pesar de la distancia.
Esto permitió importantes incorporaciones como los cascos de realidad virtual para simulaciones o los campus de formación en los softwares de administración, al igual que la evolución de los canales de mensajería interna.
Pero el confinamiento no solo modificó estas prácticas en las estaciones, sino que caló profundamente en la cultura de los consumidores. Hoy existe más ansiedad en las personas por ser atendidas en tiempos cortos y hay una mayor exigencia, tanto en la calidad de los productos como en la experiencia de compra, ya que el cliente cuenta con mucha más información al alcance de su mano y la competencia es cada vez más feroz.
Es en este sentido en el que direccionan sus estrategias de fidelización las compañías energéticas, intentando profesionalizar aún más a sus vendedores y sumando tecnología en el local para conocer en detalle el comportamiento de su clientela.
“Para el 2023 se van a intensificar los campus virtuales con el objetivo de difundir de manera rápida y masiva los conocimientos básicos, mientras que los encuentros presenciales servirán para dar lugar a debate, generar actividades guiadas por coaches y utilizar la tecnología para conseguir el mayor grado de realidad posible utilizando simulaciones”, explica Gustavo Bramante, capacitador y asesor de Estaciones de Servicio.
En diálogo con surtidores.com.ar, señala que la mayoría de las marcas de combustibles quisieron mantener la tendencia de una modalidad única: la virtual. Sin embargo, debieron dar marcha atrás sus acciones, ya que los resultados no fueron tan positivos como esperaban, encontrando fallas en el intercambio con el capacitador y necesitando mayor apertura a debates entre integrantes del equipo que permitieran el enriquecimiento de las experiencias.
Asimismo, asegura que esto se fue incrementado por la evolución de los algoritmos y la automatización de ciertas funciones dentro de las estaciones. El boom de las campañas de fidelización permite un aprendizaje mayor de los hábitos de los consumidores y para poder fomentar su práctica, así como responder a las demandas, es necesario mantener capacitado al equipo de trabajo.
“Definitivamente la tendencia del próximo año serán las formaciones para mejorar la calidad de atención y continuará la constante capacitación en venta de productos premium que va desde los combustibles, pasando por lubricantes y hasta alternativas en la tienda”, afirma Bramante.
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