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La Cámara de Diputados rechazó la derogación del régimen durante el debate del Presupuesto nacional y despejó un escenario que hubiera impactado de lleno en el precio del gas. Al sostenerse el fondo que financia los descuentos al consumo, se evita un traslado de costos.
La sesión de la Cámara de Diputados dejó una definición clave en materia energética. En el marco del tratamiento del proyecto de ley de Presupuesto, el oficialismo no logró avanzar con la derogación del régimen de zona fría, un punto que había generado fuerte preocupación tanto en las provincias alcanzadas por el beneficio como en los sectores vinculados al gas natural.
La discusión se dio en uno de los artículos más sensibles del texto presupuestario, donde se ponía en cuestión la continuidad del esquema de descuentos tarifarios para regiones con bajas temperaturas. La votación terminó ratificando la vigencia del régimen, lo que implicó mantener intacto el fondo que lo financia y despejar el riesgo de aumentos indirectos en toda la cadena del gas.

La ley de zona fría establece rebajas en la tarifa de gas natural para millones de usuarios residenciales ubicados en áreas con condiciones climáticas adversas. El beneficio, que puede llegar hasta el 50 por ciento del valor de la factura, se sostiene a partir de un fondo fiduciario que se integra con un aporte solidario realizado por todos los usuarios del servicio en el país.
Ese mecanismo resulta central para comprender el impacto de la decisión parlamentaria. Al no depender de partidas del Tesoro nacional, el régimen no genera un mayor gasto presupuestario ni presiona sobre las cuentas públicas. Por el contrario, su eliminación hubiera obligado a recomponer ingresos por otras vías, con un efecto directo sobre el precio del gas y sus derivados.
En ese escenario, el GNC aparecía como uno de los principales afectados. La derogación del fondo de zona fría habría implicado un encarecimiento del insumo base, con un traslado casi inmediato a los surtidores y a los costos del transporte y la logística. La decisión de Diputados, en cambio, cerró esa puerta y garantizó estabilidad para el sector.
Así lo explicó a Surtidores el exdiputado nacional José Luis Ramón, uno de los principales impulsores y defensores del régimen. El legislador remarcó que la ley “tiene virtudes” porque se conforma con un fondo al que aportan todos los usuarios de gas de la Argentina, sin generar aumentos de tipo presupuestario para el Estado nacional.

Ramón subrayó que durante el debate quedó en evidencia que el Presupuesto “de ninguna manera se va a ver afectado por la zona fría” y advirtió que, de haberse avanzado en sentido contrario, el impacto habría sido inmediato: “Hubiera aumentado el GNC y todos los derivados que vienen del gas”, señaló.
El exlegislador celebró que la Cámara haya tomado “conciencia, relevancia y conocimiento” sobre la importancia de validar y consolidar este fondo, al considerar que su continuidad no solo protege a los usuarios residenciales, sino que también evita distorsiones en el mercado del gas vehicular.
“Con la ratificación de la ley de zona fría en el debate presupuestario, el Congreso despejó uno de los principales focos de incertidumbre del sector energético. La definición garantiza que el GNC no tendrá aumentos asociados a cambios en este régimen y aporta previsibilidad a un mercado clave para la movilidad y la actividad económica en todo el país”, sentenció el dirigente mendocino.
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