El accidente sucedió en una expendedora de GNC de la Ciudad de Río de Janeiro, cuando el conductor de un vehículo se dirigió al baúl de la unidad. Al momento de abrirlo mientras estaba el proceso de carga, estalló el cilindro causando la muerte de la persona, heridas graves en su acompañante y destrozos en la estación.

Al respecto, el empresario del rubro y especialista Víctor Derlich, enfatizó que la premisa más importante al momento del suministro es no permanecer detrás del automóvil.

“Por causas relacionadas al ambiente natural, la disposición de cilindro y la estructura del automóvil, las explosiones se expanden para atrás”, dijo y recordó que hubo situaciones en las cuales el auto estalló con personas adentro del habitáculo que resultaron ilesas “porque la onda expansiva fue en esa dirección”.

Sin embargo, recalcó que es preciso que los responsables de la Estación de Servicio estén atentos a que se cumplan los protocolos de seguridad durante la operación, es decir, que los ocupantes salgan del automóvil y permanezcan por lo menos dos metros alejados y nunca del lado de atrás.

Si bien no se conocen detalles de lo sucedido, Derlich especuló con la posibilidad de que “el tubo pudo haber estado en malas condiciones o no haber sido originalmente fabricado para tal destino”.

“En nuestro país, y por estas causas, pasan esos accidentes también”, expresó Derlich y recordó que en Mendoza más específicamente hubo un incidente, que tras las pericias, se demostró que había sido fruto de una “prueba del dueño del automóvil que modificó el cilindro sin previo aviso para ver si funcionaba igual”, causando así graves inconvenientes a la Estación de Servicio y poniendo en peligro al playero que había controlado previamente la veracidad de la oblea.

En síntesis, reafirmó que “los accidentes relacionados con el GNC obedecen casi en el 100 por ciento de los casos, a errores o mala voluntad humana” y según su experiencia de 35 años tanto como expendedor, instalador de equipos y ahora dueño de una flota de camiones a gas, “está demostrado integralmente que las normas de seguridad e higiene funcionan a la perfección si se cumplen al pie de la letra”.