Los anuncios sobre los nuevos esquemas tarifarios de la energía por parte del Gobierno, la incertidumbre que genera sobre los posibles aumentos en las facturas finales de gas y electricidad y la inflación acumulada en el país, reflota el interrogante de cómo se pueden disminuir los consumos energéticos y así evitar mayores gastos operativos.

Y en el caso particular de las Estaciones de Servicio, que atraviesan un momento crítico por la baja rentabilidad, se recomienda trabajar en la eficiencia energética y gestión de los hábitos de consumo para mejorar el desempeño económico de cada equipo, tales como los compresores, la iluminación o los tableros eléctricos, entre otros aspectos.

Juan Manuel Montagnino, cofundador de la firma ECONEP Energy, conversó con surtidores.com.ar y reconoció que tan sólo con medir los consumos, las expendedoras del país pueden reducir la intensidad energética “de 20 a 30 por ciento con un trabajo de corto a mediano plazo”, es decir, en cuestión de meses.

“Hay sistemas de gestión locales que son asequibles para el sector, ya que cuestan menos de un tercio de una factura de una Estación de Servicio y funcionan por uno o dos años generalmente. Mientras que también hay versiones internacionales de mayor costo (estimó de 1500 a 5000 dólares)”, afirmó.

Asimismo, explicó que algunas bocas de expendio quedaron como agentes del Mercado Eléctrico Mayorista, catalogadas como Grandes Usuarios Menores (GUME) y que, por ello, le compran energía a CAMMESA y afrontan mayores gastos que otras.

“La relación es de 3 a 1. Por lo que se asesora para que o salgan de CAMMESA, que a priori no es posible pero hay consultas al respecto, o se aprovisionen de energía más barata con renovables o Energía Plus”, planteó el especialista.

“E incluso, en algunas provincias se puede aprovechar la ley de generación distribuida (Ley N° 27424) para instalar paneles solares fotovoltaicos (hasta 500 kW de potencia) y, por qué no, ya colocar un cargador eléctrico de cara al futuro de la movilidad”, agregó.

Cabe recordar que aquellas expendedoras que accedan a este tipo de sistemas pueden tener ahorros de hasta el 60 por ciento de la energía eléctrica, dependiendo de la región donde se encuentren.

Y para aquellos instalados en provincias adheridas a la ley mencionada o a sus beneficios, podrán obtener un Certificado de Crédito Fiscal de $65 por cada watt instalado (tope de $4.500.000 por proyecto) que puede ser utilizado para el pago de impuestos nacionales, repercutiendo en un beneficio de efectividad inmediata para el usuario.

“De igual manera, un sistema de almacenamiento de energía también es una alternativa técnica, y viable más aún donde se corta el suministro eléctrico, para no perder el día de trabajo ni los ingresos”, concluyó Montagnino.