El escenario de precios que atraviesan los combustibles hace que el GNC sea una buena alternativa para ahorrar dinero. La relación de costos con las naftas es de casi cuatro a uno, dependiendo de la provincia y la marca que se compare. Sin embargo, todavía no se percibe un consumo extraordinario en las estaciones de servicio porque el crecimiento de la oferta sigue siendo mayor que la demanda.

Según datos del ENARGAS el mes anterior se convirtieron 11.010 vehículos. La cifra mantiene el promedio de los últimos tiempos, que osciló entre los 10.000 y 14.000 automóviles. El mes de febrero fue el más bajo con apenas 8290 unidades transformadas, aunque a partir de marzo se notó una suba importante, saltando a 12610 en todo el país. Todavía se está lejos de los tiempos dorados pero las perspectivas son alentadoras.

Desde la Cámara Argentina de GNC aseguran que las condiciones de mercado resultan favorables para el rubro. Las naftas siguen su escalada en los surtidores con aproximadamente un 20 por ciento de incremento en lo que va del año y el ahorro promedio por usar gas alcanza el 70 por ciento frente a sus competidores líquidos. Salvo YPF, el resto de las compañías tiene libertad para manejar los precios y los operadores mantienen esta relación ventajosa para el gas.

Los referentes del rubro reconocen el incremento en las ventas de 2011 pero consideran que podrían ser mayores. Atribuyen esta situación a dos motivos: la escasa difusión sobre los beneficios del gas y la falta de financiación para las compras de los kits de inyección. Las gestiones con distintas entidades bancarias, como el Banco Nación y el Ciudad, no pudieron sostenerse en el tiempo y obligan a los interesados a tener que abonar de contado las operaciones, que cuestan aproximadamente 1500 dólares, según la calidad del producto. 

El parque automotor que circula a GNC alcanza las 1.501.330 unidades y se abastece con 1593 bocas de expendio. El GNC representa más del 9 por ciento del total de gas que se consume en todo el país, relación que se mantiene por la evolución constante de los distintos consumos, como el gas domiciliario y la industria.

Así las cosas, las posibilidades siguen siendo buenas. El gas no tiene problemas de abastecimiento y no hay que hacer colas en las estaciones de servicio. La diferencia de valor se mantendría en los años venideros y los problemas ecológicos podrían obligar a los Gobiernos a disminuir la participación de los combustibles líquidos para dar paso al gas, que es menos contaminante. Además, en el sur argentino se han encontrado numerosos yacimientos de gas no convencional que garantizaría el suministro por más de 600 años.