El Ente Regulador consideró que la medida fue adoptada por la gran cantidad de quejas recibidas. Contradice lo dispuesto por la resolución 2768 .
El Ente Nacional Regulador de Gas dispuso mediante la Resolución 3442, que las obleas que habilitan la carga de Gas Natural Comprimido sean pegadas nuevamente en la cara interna del parabrisas, pero esta vez en el ángulo superior derecho del vehículo.
La decisión adoptada por el organismo está basada en la “gran cantidad de quejas recibidas” debido al reemplazo de las piezas de chapa donde se encontraba adherida la oblea.
De acuerdo al informe que lleva la firma del titular del Ente Fluvio Madaro, y los directores Carlos Abalo y Mario Vidal, se comprobó que la calcomanía además de deteriorarse por la acción del calor en el lugar asignado en el vano del motor, también sufría daños derivados del derrame de combustibles y vapores de lubricantes que terminaban por destruir su pegamento o la propia oblea con el consiguiente trastorno para el usuario. Por otra parte, con referencia al rombo azul que los usuarios de GNC debían colocar en la parte posterior del vehículo a fin de identificar la matriz energética en resguardo de la seguridad pública, se evidenció que un importante porcentaje de automovilistas optaron por retirarlo.
La determinación del Enargas deja sin efecto la Resolución 2768 del año 2002, la que disponía que las obleas debían ser adheridas en el lado interno del capot o marco de la puerta debido a la inquietud de los usuarios de GNC en el sentido de no llevarla adherida al parabrisas dado que identificaba fácilmente en la vía pública los vehículos propulsados con ese combustible y facilitaba las condiciones para el robo del automotor, a fin de comercializarlos separadamente -cilindro y regulador-, y reinstalarlos en otro vehículo a precios inferiores. Incluso destacaba “que este tipo de prácticas pone en riesgo la integridad de las personas, tanto en la instancia del episodio delictivo como en la posterior utilización de instalaciones vehiculares con GNC constituyendo lo que se denomina “instalaciones clandestinas”, generándose de esta forma un potencial riesgo, tanto para la seguridad pública en general como para la de los usuarios en particular” .
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