A medida que toma relevancia el debate parlamentario sobre la necesidad de modificar paulatinamente la matriz energética de la Argentina, el sector estacionero adquiere una atención especial por parte de los legisladores debido a su condición de estructura logística necesaria para el reabastecimiento de combustibles.

En ese marco de situación, los diputados Rodríguez y Gutiérrez, elevaron una iniciativa en la Cámara Baja (ver al pie) para aprobar un Régimen de Impulso al Uso de Biocombustibles en Flotas Vehiculares Públicas, con el objeto de reducir los impactos asociados a la utilización de combustibles fósiles líquidos y facilitar escenarios de transición energética a matrices renovables.

Al respecto Rodríguez declaró en diálogo con surtidores.com.ar que “esta ley le abre la puerta a que se propicien acciones que permitan también a las Estaciones de Servicio ser un actor fundamental en la cadena de valor de nuevas movilidades”.

Biocombustibles y Estaciones de Servicio: Una alianza necesaria para el futuro

“La mayor barrera de los biocombustibles es el prejuicio”, indica Mariano Santillán, exdirector de Inspecciones y Seguridad de la Secretaría de Energía y asesor en combustibles. Sostiene que en el país se produce producto de excelente calidad y que sería de gran ayuda para cubrir el desabastecimiento, dado que los precios son similares al de las naftas.

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Para ello valoró que esta y otras propuestas de leyes impulsen un tema fundamental como el denominado “quinto surtidor”, que a su entender fue implementado con éxito por el gobierno de Juan Schiaretti en Córdoba.

Se trata de Estaciones de Servicio que ofrecen biocombustibles en cortes muy superiores a los sugeridos lo cual según el diputado, puede imitarse en todo el territorio argentino.

Para ello, relacionó la posible aplicación de incentivos fiscales y créditos oficiales contemplados en el proyecto de ley de fomento a los biocombustibles para flotas oficiales, que puedan ser trasladados al sector privado y especialmente a las Estaciones de Servicio.

“Es necesaria la tracción del Estado para generar demanda de biocombustibles que posibilite un desarrollo competitivo”, sentenció el “Topo” Rodríguez.