A finales del año pasado, el Congreso Nacional aprobó la exención del Impuesto a la Transferencia de los Combustibles (ITC) para las provincias de Neuquén, Río Negro y La Pampa, y las localidades de Carmen de Patagones (Buenos Aires) y Malargüe (Mendoza).

Con esta medida tan reclamada por diversos sectores empresarios de la región patagónica, los precios en surtidor de las naftas cayeron hasta en 20 por ciento y el del gasoil en un 10, transformándose en los productos más económicos del país.

A raíz de este tratamiento impositivo, desde que el Ministerio de Energía y Minería actualizó el costo del gas en boca de pozo y unificó bajo un mismo esquema transporte y distribución, la relación de valor del GNC al público respecto de los líquidos se desvirtuó, al punto que Marcelo Pirri, presidente de la Cámara de Expendedores de Río Negro y Neuquén (CECNERN) alerta que “la actividad dejó de ser negocio”.

De hecho, como consecuencia de las malas perspectivas, indica que ya cerró el primer local en Neuquén. “Hay en total 39 estaciones entre las dos provincias que están en situación de riesgo”, alertó el dirigente en contacto con surtidores.com.ar.

Ante la gravedad del problema, Pirri entregó en mano un petitorio al Gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck, solicitando que el GNC también esté exento del ITC, a los efectos de equilibrar los costos entre combustibles. También se están haciendo gestiones con los senadores Miguel Ángel Pichetto, de la provincia de Río Negro, y el neuquino Guillermo Pereyra.

El inconveniente se presenta a raíz que el metro cúbico al público aumentó un 80 por ciento en solo cinco meses, superando ya los 9 pesos. La nafta súper, mientras tanto, se paga 13,49 pesos, lo que significa una diferencia de apenas 30 por ciento.

“El gas boca de pozo de la cuenca neuquina cuesta un 14 por ciento más que en Capital Federal”, cuestionó también Pirri, considerando que se trata de una zona de producción petrolera.