Una controversia se generó entre los expendedores de GNC y la empresa Enarsa, cuando esta última facturó la provisión de gas natural regasificado importado (GUI – Gas de Última Instancia), inyectado para suplir los faltantes en las bocas de expendio durante los meses de junio a septiembre de 2011, con el valor del dólar al cambio vigente al día anterior de pago de la factura correspondiente (4,33 $/U$S aprox.) en lugar del tipo de cambio fijo de 3,10 $/U$S establecido en la documentación emitida oportunamente por la Secretaría de Energía y confirmado por el MEGSA en la Circular Nº 180/2011.

La medida despertó gran incertidumbre entre los expendedores de este combustible por el perjuicio económico que les ocasionaba una determinación de esta naturaleza. Las diferentes entidades del sector se declararon en alerta ante esta situación y decidieron concurrir a las autoridades para exigir que se revea el dictamen.

Puntualmente, los directivos de la Cámara de Expendedores de GNC (CEGNC) se presentaron ante la Ingeniera Nilda Minutti, responsable de la Comercialización de Hidrocarburos y sus colaboradores a fin de tratar este tema y establecer además para el presente año y sucesivos, un precio único de m3 de gas para las estaciones de GNC abastecidas de una misma cuenca, independientemente de quién sea el proveedor, a fin de tener previsibilidad sobre los costos que debe enfrentar el titular de una estación de servicio.

En mérito a las relaciones comerciales que mantendrán en el futuro ambas partes, se debatieron distintas alternativas y se arribó a un principio de solución para el primer punto, que básicamente consiste en que los estacioneros abonarán la diferencia entre lo facturado y lo abonado a 90 días de la firma de un acuerdo sin intereses ni reajuste, sobre el cual Enarsa dio su aceptación verbal, mientras que el segundo reclamo quedó sujeto a decisión de las autoridades de la Secretaría de Energía.

Vale recordar que por consejo de las cámaras empresarias, la mayoría de los expendedores decidió pagar en función de lo que debería según el método habitual (con el recalculo correspondiente para evitar que le corten el suministro). En paralelo, remitieron una notificación fehaciente comunicando las razones de su decisión.

Lejos de aceptar la situación, los letrados de Enarsa contestaron a través de una carta documento que rechazó el pedido por improcedente y los intimaron a regularizar el pago de la factura bajo apercibimiento de iniciar acciones legales.

Las razones de la decisión de la energética estatal encuentran su origen en la negativa de Repsol, habitual proveedor del fluido, de no inyectar más gas adicional que el comprometido durante el período mencionado, debiendo Enarsa hacerse cargo del excedente, quien lo obtenía como gas importado o regasificado.