Decididos a enmarcar las Bocas de Carga dentro de lo que exigen punto por punto las normativas que reglamentan la actividad del Gas Natural Comprimido, el Ente Nacional Regulador dispuso rígidas auditorías en las estaciones de servicio de todo el país. 

Además del rutinario examen de las obleas habilitantes de cada auto que se acoda al surtidor, los inspectores exigen al expendedor todo tipo de documentación referente al desarrollo de la tarea: desde la habilitación municipal, seguros vigentes, certificados de mangueras y hasta el correcto funcionamiento de las luces que iluminan el recinto del compresor.

En lo que respecta a las instalaciones se comprueba el orden de los equipos dedicados al suministro, la existencia y el estado de la cartelería de seguridad, la ubicación y validez de los matafuegos, la limpieza de las trincheras y cañerías y la correcta disposición de las flechas indicativas de circulación.

También se verifica la identificación de la isla para discapacitados, la existencia y estado de la silla de ruedas, lo operatividad de las paradas de emergencia y la instalación del pararrayos.

Pero la tarea de los fiscalizadores no se remite únicamente al trabajo de campo, de igual forma revisan el legajo exigible según las normas a saber: libro de novedades, habilitaciones ante la municipalidad y la distribuidora, planos electromecánicos, seguros, certificados de mangueras y válvulas de sobrepresión, capacitación de empleados y recalibración de surtidores, entre otros requisitos.

De acuerdo al relevamiento efectuado por este medio entre empresarios del rubro, estos coincidieron en afirmar que se registraron clausuras en establecimientos ubicados en distintas regiones del país. Explicaron que en todos los casos los inspectores detectaron anomalías aunque destacaron la rigurosidad de la pesquisa ya que esta vez pusieron énfasis en cuestiones muy puntuales que en anteriores ocasiones no eran tenidas en cuenta.