La transformación que atravesó el mercado de los combustibles en los últimos años trajo como consecuencia una serie de cambios en las preferencias de los usuarios. Mientras que antes el gasoil se presentaba como una forma de ahorro para los automovilistas, actualmente casi no tiene diferencia de costo frente a las naftas.

El presidente de la Cámara Argentina de GNC, Fausto Maranca, hizo hincapié en los beneficios que presenta el gas como combustible automotor, incluso para los vehículos de alta gama. “Hay una ventaja relativa importante que tiende a evolucionar a favor del gas”, expresó.

Hacia fines de la década del 90, por el precio de un litro de nafta se compraban 2,1 litros de gasoil. Sin embargo, en los últimos años esa relación cambio hasta ajustarse a la par. Esto llevó a los compradores de vehículos a volcarse por los autos nafteros, con la posibilidad de incorporar GNC en el futuro.

El gran crecimiento de la industria automotriz de los últimos tiempos y las nuevas necesidades de los vehículos de alta gama tampoco son compatibles con la calidad del gasoil local. De ahí que las terminales fueron paulatinamente bajando la producción de rodados propulsados a diesel, acoplándose a la demanda de los consumidores.