Casi sin dudar se puede decir que los combustibles han perdido un valor de mercado homogéneo. Es que las subas que se aplicaron en los últimos meses no se extendieron por igual en todas las banderas y en la misma ciudad se pueden encontrar estaciones de servicio de la misma marca que despachan combustibles a un precio muy distinto. En el caso del gas la situación es similar, aunque algo más pareja.

En la última semana YPF y Shell dieron el batacazo con incrementos que van desde 7,1 por ciento en la Capital Federal, del 8 en Mendoza y en otras zonas, y del 4 en las provincias donde ya estaban de por sí altos. En las localidades en que las pizarras estaban algo desactualizadas la empresa estatal decidió ajustarlas para nivelarlas con el resto de las compañías,  a los fines de derivar la demanda hacia otras bocas.

Con estos cambios el principal beneficiado fue el GNC. Según se puede percibir en un local ubicado en la provincia de Córdoba la brecha entre el costo del metro cúbico de gas – $1,63 – y el litro de nafta Súper – 7,32 – es de 4 veces y media. En relación a la de mayor calidad o ultra, que es apenas 30 centavos más cara,  la distancia es algo mayor.

El rinde que genera este producto es cada vez más importante y está despertando el interés de los consumidores, tal cual lo refleja el crecimiento de las conversiones de vehículos. El 2011 fue muy bueno para el rubro, con más de 140.000 traspasos, y podría mejorar este año gracias a los beneficios económicos que presenta el gas.

Esta situación fue leída por la industria automotriz, que si bien todavía se resiste a producir vehículos a GNC directamente de fábrica, ahora privilegia su línea de montaje sobre los autos nafteros, para darles la posibilidad a los consumidores de volcarse hacia el GNC en el futuro.

Frente a esta disparidad de precios las estaciones de servicio tomaron nota y empezaron a instalar progresivamente nuevos surtidores de gas. Según muestran los datos aportados por la Secretaría de Energía, en nuestro país el 40 por ciento de los comercios ofrecen GNC.

El desafío de los dirigentes del sector es ahora convencer al Gobierno de la necesidad de difundir el uso del gas al transporte de pasajeros y de carga que hoy se moviliza a gasoil. Este combustible es mucho más caro y encima al tener que importarlo para cubrir la demanda, en ocasiones escasea.