Reforzar los protocolos
Las imágenes de las expendedoras gravemente afectadas por la última DANA, reabrieron la agenda preventiva de los estacioneros argentinos, ante las consecuencias del cambio climático que ya está generando épocas de alta exposición a lluvias.
La catástrofe natural ocurrida en Valencia, España, dejó decenas de Estaciones de Servicio inoperativas, con filtraciones de agua en los tanques de combustibles. Los especialistas coinciden en que la recuperación plena de muchos de estos establecimientos tomará meses, en medio de un panorama que impulsa a los operadores locales a tomar nota y reforzar sus protocolos de previsión.
Al respecto, Silvana Castiglione, licenciada en Higiene y Seguridad y titular de la consultora DURAMADRE, explicó a surtidores.com.ar que “el fenómeno de Valencia nos recuerda que los controles deben ser periódicos, incluso después de precipitaciones de gran porte, que también se presentan en nuestro país. Uno de los aspectos esenciales es asegurar la hermeticidad de los tanques y sus tapas”.
Castiglione enfatizó que las filtraciones de agua no solo hacen inservible el producto, sino que pueden derivar en elevados costos de reparación y prolongados tiempos de inactividad. La clave para evitarlo está en el mantenimiento preventivo, una práctica que no es necesariamente costosa y que, en muchos casos, puede llevarse a cabo internamente.
En este sentido subrayó que uno de los primeros pasos es la creación de un checklist de control de hermeticidad de los tanques. Este documento puede ser gestionado por el personal de la estación y permite identificar rápidamente cualquier anomalía. “Es fundamental revisar periódicamente las tapas para garantizar que estén bien cerradas y en buen estado”, puntualizó la especialista, al tiempo que alaró que “si bien existen empresas especializadas que realizan auditorías anuales, el personal puede asumir un rol preventivo“.
Expresó también que el procedimiento de control incluye el uso de una jeringa especial que permite extraer muestras del fondo del tanque, de manera segura y sin generar chispas. Esta técnica permite detectar la presencia de agua o sedimentos en la parte inferior de los recipientes, lo cual puede ser un indicio de filtraciones.
Finalmente Castiglione observó que el mantenimiento preventivo no solo representa un ahorro a largo plazo al evitar costosos siniestros, sino que también contribuye a la seguridad general de la estación. Entre sus recomendaciones, destacó también la necesidad de que los tanques mantengan una cierta altura entre el cuello del caño de descarga y el nivel de tierra alrededor, evitando que las lluvias arrastren agua directamente a su interior. “No es necesario un gran presupuesto para implementar estas prácticas”, sentenció.
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