Los hechos de inseguridad son cada vez más frecuentes, incluso más violentos. Trate de recordar los siguientes consejos si le toca vivir el mal trago de un asalto, ya sea en su casa, en un comercio, en su lugar de trabajo o en la calle
“Para la próxima ya sé qué hacer”, es el comentario que también usted habrá escuchado como reflexión obligada de alguna víctima. Pero no es necesario pasar por la experiencia para saber cómo actuar del modo más prudente posible.
Trate de recordar los siguientes consejos si le toca vivir el mal trago de un asalto, ya sea en su casa, en un comercio, en su lugar de trabajo o en la calle:
• Mantenga la calma y realice movimientos lentos.
• No grite ni deje que los que están con usted lo hagan. Muchas veces los delincuentes actúan bajo el efecto de alcohol o drogas, que excitan sus sentidos y les hacen perder toda conciencia de límites.
• Si la hubiere, active la alarma oculta.
• Si hay niños con usted, consuélelos, dígales que todo pasará pronto.
• No exhiba armas ni trate de usarlas. Si los delincuentes se ven acorralados y amenazados con armas de fuego, dispararán.
• Cumpla con las órdenes de los delincuentes y no se resista a entregar el dinero o valores. No mienta sobre la existencia de dinero u objetos de valor, en caso de ser descubierto, puede provocar la ira de los delincuentes.
Observe a los delincuentes, sin ser notorio, y trate de recordar rasgos que ayuden a la posterior identificación:
Cuerpo: estatura, compárelo con su propia altura; gordo/flaco.
Voz: modismos, acento, si se expresan correctamente.
Vestimenta: tipo de prendas, colores, calidades, marcas, tipo de calzado, etc.
• Si los agresores son varios procure centrarse en uno de ellos, quien más se destaque o quien dé las órdenes, esto podrá servir para descubrir posteriormente al resto del grupo.
• Si han utilizado un vehículo para el asalto, y si está en sus posibilidades y no representa ningún riesgo vital, observe la chapa, el color, modelo y marca.
• Déjeles una vía de escape, no intente atraparlos o detenerlos por muchos vecinos o curiosos que se hayan reunido, y aunque considere que la relación de fuerzas lo favorece.
• Al terminar el asalto, permanezca en el lugar, no intente escapar ni correrlos; espere las instrucciones del personal de seguridad o las de su jefe inmediato si el hecho ocurrió en el trabajo.
• Denuncie el hecho a la policía.
• No toque ni coloque nada hasta la llegada de la Policía, podría destruir involuntariamente las pruebas del delito.
• Tome nota de lo que pudo observar. No haga ni pida comentarios a otros mientras escribe, pues la visión de ocasionales testigos puede confundirlo. • Dé la mayor cantidad de información a las autoridades de lo ocurrido y facilite el accionar policial.
• Cumpla con la obligación cívica de testificar.
• Divulgue con cautela los acontecimientos para alertar a otras posibles víctimas.
CONSIDERE QUE SIEMPRE LA VIDA ES LO PRIMERO. NO SE RESISTA NI QUIERA HACER ACTOS HEROICOS QUE PONGAN EN RIESGO SU PROPIA VIDA O LA DE LOS DEMÁS.
Si la situación violenta por la que atravesó le provoca alteraciones nerviosas, pesadillas, estrés, o repentinamente siente miedos infundados, ataques de pánico, sudoración, palpitaciones, no dude en recurrir a un profesional médico y/o psicólogo que pueda auxiliarlo. Usted no perdió la cordura, simplemente ha vivido una instancia traumática y para ayudarlo están los profesionales de la medicina y la psicología.
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