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Es un sistema por el cual cuando los sensores térmicos se activan, hacen sonar la alarma de forma automática, accionan los surtidores de espuma especial y estos a su vez a los aspersores, y en poco segundos el fuego esta reducido. Está reemplazando los mecanismos tradicionales en Europa y Estados Unidos
En las Estaciones de Servicio, por norma general, se suelen instalar medios manuales de alarma y extinción como por ejemplo son, pulsadores, sirenas, bocas de incendio y extintores. Sin embargo, hay otros métodos de detección automáticos. Uno de los sistemas más habituales es el de detección térmica, que actúa de forma automática, denominado “sistema autónomo de extinción por espuma”, el cual, resulta el más efectivo.
Se suele ubicar en la zona donde se encuentran los surtidores. Una vez que detecta que la temperatura de la zona es superior a la marcada como riesgo de incendio, el sistema, expulsará una espuma especial para apagar el fuego.
La espuma incidirá sobre la zona afectada en la que se produce el incendio, aplicándola sobre el posible derrame de combustible incendiado y todo lo que ello conlleva. De esta forma se extinguirá el fuego evitando que se propague.
En general se colocan sobre el techo de la Estación de Servicio y por medio de unos tubos y unos aspersores especiales, dicha espuma rociará la zona afectada por el fuego, apagándolo en cuestión de segundos. Además, podemos encontrar varios más en distintos puntos de la estación, como por ejemplo justo encima de los diferentes surtidores de combustible.
Los aspersores están protegidos con unos recubrimientos especiales, que evitan se obstruya, pero con facilidad de quitarlos, así cuando salga la espuma a presión, dicha presión quitará el recubrimiento. Si se produjese un aumento de la temperatura de una zona de la estación de servicio, los sensores térmicos se activarían, harían sonar la alarma de forma automática, activarían los surtidores de espuma especial y estos a su vez a los aspersores, y en poco segundos el fuego estaría reducido.
Dicha espuma es densa, y resistente al viento, es decir, tiene tal densidad que es necesario ráfagas de más de 20 kilómetros por hora para que la arrastre. Este sistema aporta muchas ventajas sobre el sistema manual contra incendios, ya que detecta y lo extingue en sus primeras fases de forma automática
El enfriamiento y la reducción del oxígeno al descargar el agente químico forma una capa continua que envuelve el fuego y los vapores, reduciendo la temperatura y aislando el oxígeno, y evita una posible reaparición del fuego.
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Hola, quisiera saber el precio de la instalación del sistema autónomo por espuma(materiales, mano de obra), y cuanto tardaría la mano de obra