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La Secretaría de Energía anunció que desde enero de 2026 sólo los hogares con ingresos inferiores a tres canastas básicas conservarán la asistencia tarifaria. Especialistas señalan que aún no es posible estimar el impacto sobre los costos operativos.
El Nuevo Esquema de Subsidios Energéticos Focalizados (SEF) presentado por la Secretaría de Energía abrió un proceso de análisis en distintos sectores productivos, entre ellos, las Estaciones de Servicio. A partir de enero de 2026, las tarifas diferenciarán únicamente entre usuarios “con subsidio” y “sin subsidio”, manteniendo el beneficio sólo para hogares con ingresos menores a tres Canastas Básicas Totales. La medida apunta a ordenar el sistema y corregir distorsiones históricas.
Desde el área energética explicaron que el nuevo régimen busca transparentar la asignación de recursos, eliminar privilegios indebidos y establecer un esquema previsible a lo largo del año. Pero, más allá de los objetivos oficiales, las actividades comerciales que dependen fuertemente de la energía eléctrica se encuentran en un período de evaluación previa.

Las Estaciones de Servicio son uno de esos casos. Su funcionamiento cotidiano exige un consumo eléctrico continuo: surtidores, iluminación, cámaras frigoríficas de las tiendas y, en especial, los compresores de GNC en aquellas que ofrecen ese servicio. Por eso, cualquier modificación tarifaria siempre genera la necesidad de analizar su incidencia en los costos.
Informes técnicos especializados señalan que la energía eléctrica suele representar entre el 6 por ciento y el 12 por ciento del costo operativo mensual de una estación promedio, pero ese porcentaje puede elevarse en establecimientos de mayor tamaño o con actividad intensiva. En estaciones de GNC, por ejemplo, puede superar el 20 por ciento debido a la potencia requerida para comprimir el gas.
En este marco, todavía no es posible estimar con precisión cómo se reconfigurará la estructura de costos en 2026. La falta de un cuadro tarifario proyectado para usuarios comerciales sin subsidio impide realizar cálculos concretos, según coinciden operadores del sector consultados de manera informal.
El ingeniero Jorge Lapeña, presidente del Instituto General Mosconi y exsecretario de Energía, explicó a surtidores.com.ar que hoy no existen elementos suficientes para evaluar el impacto.
“Es difícil contestar esa pregunta ahora, porque lo que hay que ver es, en la estación promedio, según el tipo, cuál es la incidencia en los costos totales en relación al volumen vendido. No es lo mismo una estación pequeña que una grande, y también depende de la ubicación y del consumo que tenga cada una”, señaló.
Lapeña subrayó que la electricidad es un componente clave dentro de la estructura operativa del sector: “Gran parte de una estación funciona consumiendo electricidad. Habría que ver qué relevancia tiene eso en el costo total y, luego, si podría incidir en el precio final de venta. Pero hoy ese cálculo lo debe hacer cada operador según su volumen y ubicación geográfica”.

Según el exfuncionario, la variabilidad climática también juega un rol relevante. “Las estaciones ubicadas en regiones de altas temperaturas suelen registrar mayor consumo en climatización e iluminación nocturna, mientras que las situadas en zonas frías aumentan su demanda en períodos de heladas. Por eso, incluso dentro de una misma red, las diferencias pueden ser considerables”, destacó.
Hasta que la Secretaría de Energía detalle cómo se conformará la tarifa plena para usuarios comerciales, el análisis se mantiene en un plano preliminar. Algunas operatorias comenzaron a revisar sus consumos históricos para tener un punto de partida, pero sin datos oficiales todos los escenarios siguen siendo estimativos.
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