Ángel Luis Bigatti, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Formosa
Cada vez se cobran más impuestos, incluso algunos de dudosa legalidad, exigencias por parte de las tres dependencias del Estado (municipal, provincial y nacional) mientras que los márgenes de ganancia se mantienen invariantes ¿Cómo reaccionan los expendedores?
Ángel Luis Bigatti, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de Formosa, asegura que el principal inconveniente que analiza para el sector que representa tiene que ver con “la voracidad fiscal”, por la superposición de impuestos que gravan las naftas y gasoil. Cuestiona que para el Estado “la alternativa siempre es elevar alícuotas y porcentajes”, sin contemplar los efectos que desencadenan sobre el negocio.
“Nos preocupa la falta de criterios para medir la capacidad contributiva. Todo es una suerte de Estado cada vez más burocrático y exigente”, advierte el empresario del norte.
En su provincia, cuenta que desde hace tiempo el servicio de luz tiene un cupo, que se fija en relación al consumo máximo, que es en verano. Esto hace que en el invierno se abone una tarifa superior, a pesar de que el uso de energía haya sido menor. “Obligan a pagar todo el año por el cupo máximo y si lo llegas a superar te cobran multas”, menciona.
“No me olvido de las estaciones que tuvieron que cerrar porque el punto de equilibrio está más alto”, expresó Bigatti. En parte, considera que estas cuestiones son las que están complicando la permanencia de las Pymes en la actividad. Generan gastos de honorarios profesionales, tiempo de gestión y necesidad de incrementar el plantel laboral.
Siguiendo con los ejemplos, el expendedor planteó el riesgo que se genera por manejar importante sumas de dinero en efectivo, en un contexto de inseguridad: “necesitamos que las petroleras vengan a buscar la recaudación, que hagan convenios con los bancos para hacer los depósitos fuera de horario comercial. Tiene que ser resuelto por el Banco Nación, con cajas para depósitos fuera de hora, buzones para las estaciones y retiros con transporte de caudales. No se puede vivir peligrando la vida de las personas”.
Desde hace tiempo, las habilitaciones municipales en Formosa se deben realizar cada dos años. “Hay que probar que es uno, donde se vive, como están los impuestos de todos los integrantes. Y además hay que pagar sellados, se va encareciendo y complicando la gestión. Cada vez es más complejo el cumplimiento de nuestras obligaciones”, señala.
“No hablemos de los feriados que trabajamos siempre. Es por estas cuestiones que cada vez es más caro el costo laboral, que dentro de todo es el que menos cuestionamos, porque es el equipo, el recurso humano, lo más valioso”, agregó Bigatti.
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