Preocupación en el sector
Carlos Gold, expresidente de CECHA, indica que por más que se flexibilice la cuarentena y aumenten los volúmenes de despacho, la pérdida de rentabilidad será muy grave para las bocas de expendio. Vuelve el fantasma del desabastecimiento.
El Gobierno fijó indicios claros que habrá una suspensión de aumentos de precios a los combustibles hasta (por lo menos) diciembre próximo, y esta situación despierta cada vez mayor preocupación en el sector estacionero.
En reuniones de CECHA, algunos dirigentes provinciales han planteado que este congelamiento generará una fuerte pérdida en la rentabilidad de las Estaciones de Servicio y que por más que los despachos de nafta y gasoil pudieran aumentar por las flexibilizaciones de la cuarentena, eso no será suficiente para afrontar gastos en aumento, como el pago de paritarias.
Ese concepto es compartido por Carlos Gold, expresidente de la entidad. “Obviamente que un mayor volumen de ventas de combustibles aparece como el paliativo más importante, pero no es una solución”, considera.
En diálogo con surtidores.com.ar, el dirigente comenta que la fijación del precio de las naftas y el gasoil producirán importantes impactos sobre las cajas de las bocas de expendio.
“El congelamiento de precios no es solo un problema porque afecta directamente a la rentabilidad de las Estaciones de Servicio, sino que, ante un escenario de precios internacionales de crudo a la alza (el Brent supera los 75 dólares por barril) y de otras variables que inciden en los costos de las compañías petroleras, como el tipo de cambio que probablemente siga en aumento, el insumo principal se vuelve más caro y como no se puede trasladar a precio, la consecuencia inmediata es el desabastecimiento, principalmente el diésel”, observa.
Gold explica que esta situación básicamente se da porque a las petroleras se les genera un escenario donde exportar aparece más rentable que destinar su producto al mercado interno a precios congelados.
“Ese desabastecimiento responde a que tenemos los precios congelados, y por más que no existan restricciones por la pandemia y esté todo normal, si no tenés producto para vender, de qué te sirve”, razona el expresidente de CECHA.
Y advierte: “Esto del desabastecimiento no es una hipótesis, sino algo que ya se vivió en Argentina, en distintos momentos, con distintos Gobiernos de distintas facciones políticas, hay un común denominador y no tengo dudas que se volvería a repetir”.
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