El titular de la empresa de servicios de ingeniería en Gas, ESIGAS,  consideró que “seguramente habrá menos conversiones de automóviles a GNC en estos meses venideros, pero cuando el consumidor  advierta que la diferencia entre el metro cúbico de gas y el litro de nafta ronda los 6 pesos, volverán a crecer las ventas de equipos de última generación”.

Agregó Derlich que “es común que se frenen las conversiones cuando se reacomodan los precios del GNC automotor, pero como sigue siendo una alternativa más económica y saludable, con el tiempo se reacomodan las cosas”.

Justificó este concepto en el hecho de que “si un equipo y un motor está bien calibrado, el metro cúbico de gas rinde un 13 por ciento más que un litro de nafta, pero se calcula relación uno a uno por lo general”.

Además hizo hincapié en que sigue siendo el gas natural una de las alternativas más noble por su eficiencia, limpieza y precios competitivos. “Es el combustible que menos contamina, calienta con rapidez y no necesita almacenaje previo”, recordó.

Se mostró confiado en que crezcan las inversiones en el Yacimiento de Vaca Muerta porque a su entender, de ser así: “tendremos autoabastecimiento en dos años y la matriz energética habrá cambiado”.

Auguró que si Vaca Muerta funciona como está proyectado, “el precio del gas descenderá notablemente como pasó en los Estados Unidos, que desde que con la aparición del Shale Gas, el Gas Natural bajó su precio a 2 dólares”.

Finalmente al ser consultado por las causas por las cuales el precio del GNC en Buenos Aires es más barato que en el interior del país, opinó que se proveen de cuencas distintas.

Sin embargo, admitió que se podrían haber ido actualizando los precios del surtidor en las estaciones capitalinas desde antes de esta coyuntura, y aventuró: “cuando llegue la factura del gas, los expendedores se van a llevar una gran sorpresa y no podrán afrontar los costos”.