Prevención
El mundo financiero no solamente entró en crisis en materia de entidades en quiebra, sino que asoma con cada vez más peligro el flagelo de las estafas informáticas, que ponen en vilo a los sistemas contables de los comercios y empresas.
El abogado especialista en delitos informáticos Marcelo Szelagowski, adelantó en diálogo con surtidores.com.ar que “la estructura digital con la que hoy cuentan la mayoría de los establecimientos de venta minorista de combustibles, puede estar en riesgo si no se toman precauciones anticipadas”.
Aseveró que en los últimos tiempos surgieron gran cantidad de firmas “fantasmas” que son expertas en hacerse de la totalidad de los fondos de las cuentas bancarias de personas físicas y jurídicas por igual.
Al respecto, Szelagowski detalló que específicamente hay casos de minimercados y locales de franquicias de comidas rápidas que fueron víctimas de extracciones sin consentimiento girada a destinatarios desconocidos.
Según el letrado, estas situaciones se han multiplicado por miles, en donde “algunas entidades bancarias oficiales autorizan las quitas sin verificar la autenticidad de los presuntos contratos de crédito”, aseguró.
Al parecer, dijo que se trata de sociedades de muy difícil rastreo ya que no poseen una ubicación física y se hace muy complejo notificarlas de cualquier medida.
En los últimos tres años, las estafas bancarias han ido mutando en sus más variadas formas. Empezaron con el típico caso de “phishing”, donde, invocando el nombre de una importante petrolera, los delincuentes accedían a cambiar el perfil informático del damnificado y obtener créditos o adelantos de sueldo, sin que los bancos consideren que esa extraña geolocalización fuera de por sí una operación sospechosa.
Szelagowski se manifestó a favor de que los estacioneros estén atentos y en trabajo conjunto con los proveedores de tecnología como con el personal administrativo que opera el establecimiento, a que los bancos verifiquen de un modo fehaciente la legalidad de los presuntos contratos de crédito y la efectiva voluntad en autorizar tales extracciones.
“Esto también se evidencia en los últimos tiempos con las compras con tarjeta de crédito. Los delincuentes, una vez que toman el control del plástico, empiezan a comprar todo hasta llegar al tope del límite. Por eso debería subsanarse urgentemente, ya que la seguridad bancaria se está convirtiendo en nula”, concluyó.
ATENCIÓN CON LOS PLAZOS FIJOS
Agregó que en su estudio también llevan casos de poseedores de plazos fijos, que se “esfumaron”, sin ninguna acción previa de la parte demandante, en los cuales, el dinero estaba depositado en un banco cuyo sistema se trabó al querer renovar el instrumento de manera online. “Cuando volvió a funcionar, ya tenían menos dinero”, comentó.
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