El Congreso debatirá un plan de incentivos fiscales para impulsar el uso del GNC y la movilidad eléctrica

Argentina cuenta con una de las mayores reservas de gas natural del mundo, una extensa red de transporte y distribución y una sólida experiencia en la industria del GNC. Al mismo tiempo, empieza a asomar con fuerza la necesidad de avanzar hacia formas más limpias de movilidad, como la electromovilidad. Sin embargo, ambas alternativas energéticas se ven obstaculizadas por la falta de políticas públicas que acompañen su adopción masiva. Las Estaciones de Servicio, clave en este proceso, son hoy testigos de una caída pronunciada en la demanda del GNC y de la ausencia de un plan nacional que incentive el desarrollo de surtidores eléctricos.

Frente a esta realidad, el Congreso Nacional se prepara para tratar un proyecto de ley que combina dos frentes de acción. Se trata del Programa Nacional de Promoción del Uso del GNC y la Energía Eléctrica para Vehículos, elaborado por el diputado Juan Fernando Brügge, de la Democracia Cristiana e integrante del bloque Encuentro Federal.

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“El país fue pionero en el desarrollo y masificación del GNC en los años 80 y 90, con una infraestructura que sigue siendo ejemplo a nivel internacional. Pero sin políticas activas, ese liderazgo se diluye”, advirtió el legislador cordobés en diálogo con surtidores.com.ar. “Con este proyecto buscamos reactivar el sector y acompañar la transición energética con una solución realista, económica y ambientalmente sustentable”, dijo.

El proyecto contempla deducciones del Impuesto a las Ganancias para quienes apuesten por estas tecnologías limpias. Las personas humanas podrán deducir hasta un 30 por ciento de lo invertido en la conversión o adquisición de vehículos propulsados a GNC o eléctricos, mientras que las personas jurídicas, como empresas de transporte, flotas comerciales o entes estatales, podrán deducir hasta un 40 por ciento.

Además, se prevé el acceso a líneas de crédito del Banco de la Nación Argentina con condiciones ventajosas: tasa de interés preferencial, amortización en cinco años y seis meses de gracia. El único requisito es que el vehículo adquirido o convertido se mantenga en propiedad del beneficiario durante al menos tres años.

Estas deducciones fiscales tienen un tope del 20 por ciento de la ganancia neta del ejercicio fiscal, pero podrán imputarse durante los cinco años siguientes en caso de excedente.

“La clave del proyecto es vincular el compromiso ambiental con el incentivo económico. Quien apueste por estas tecnologías tendrá un alivio real en sus impuestos y financiamiento accesible”, explicó el referente político.

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La iniciativa no se limita a premiar la compra de vehículos. También apunta a dinamizar el mercado interno, generando condiciones para reactivar la industria nacional que produce equipos de GNC, las empresas que fabrican baterías y los talleres de instalación.

Otro punto destacado es la invitación a provincias y municipios para que se sumen al programa con medidas tributarias complementarias, como exenciones en patentes, tasas municipales o beneficios en peajes, replicando experiencias exitosas en países como Brasil, Colombia, Alemania o Noruega.

En ese sentido el autor de la propuesta remarcó: “el GNC es una energía de transición. No se trata de competir con la electromovilidad, sino de complementarla con una solución accesible, probada y con infraestructura instalada. Es una oportunidad que no podemos seguir desaprovechando”.