Las expendedoras de gas vehicular enfrentan un panorama complicado. La combinación de los últimos aumentos en los servicios públicos, principalmente en la electricidad, y la caída en la cantidad de vehículos que utilizan este combustible, profundiza una crisis de rentabilidad que acumula varios años.

Leo Parigiami, empresario de Bahía Blanca y dirigente de la Federación de Entidades de Combustibles, describió la dramática reducción del consumo en los últimos años. “Cuando arrancamos con este negocio, vendíamos 200.000 metros cúbicos por mes. Hoy estamos en 80.000. En enero, cuando baja la actividad, llegamos apenas a 50.000”, detalló.

El GNC, protagonista clave de una jornada de debate entre estacioneros de todo el continente

Delegaciones de 13 países analizarán las políticas y regulaciones vigentes, así como la penetración del gas vehicular en el parque automotor y sus estadísticas, con el objetivo de conformar un mapa regional del sector.

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Recordó que hoy en día hay una ecuación inversa entre cantidad de establecimientos y el parque automotor que utiliza GNC, es decir, una excesiva oferta y una demanda en retracción.

“Antes la relación de precios con la nafta era 3 a 1, ahora es apenas 2 a 1 y, sumando los costos de mantenimiento, la conversión ya no resulta tan atractiva. En Bahía Blanca, muchos taxistas han dejado de usar GNC y volvieron a la nafta“, explicó el estacionero bonaerense.

A esta situación se le suma el desmesurado costo eléctrico. “El mayor gasto es el compresor, que consume muchísima energía. La estación funciona las 24 horas y, aunque tenemos paneles solares, la tarifa sigue siendo altísima”, comentó.

Según detalló, el 70 por ciento de su factura corresponde al consumo eléctrico, un porcentaje que pone en riesgo la actividad. “Para que el mercado cambie, el gas debería ser más barato, pero con los costos actuales de luz y gas, eso es imposible. Hoy el punto de equilibrio está en vender 80.000 metros cúbicos al mes, pero si despachamos solo 50.000, quedamos en rojo“, señaló.

A la escasez de rentabilidad se suman otros gastos inevitables: haberes de al menos seis empleados, cargas sociales, impuestos municipales y provinciales, mantenimiento del compresor y servicios técnicos dolarizados.

“Expendiendo 50.000 metros cúbicos, los ingresos apenas alcanzan para cubrir sueldos, aportes a la seguridad social, luz y gas. No se contemplan impuestos, mantenimiento o imprevistos“, expresó Parigiami.

Preocupa a las comercializadoras el aumento del costo del gas para GNC

A pesar de su mayor producción y las mejoras de infraestructura para transportarlo, experimentó un notable incremento en dólares. Hay inquietud por su impacto en el precio del combustible.

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Al igual que la mayoría de los estacioneros consultados por este medio en numerosas ocasiones, llamó a las autoridades a tomar conciencia de la ventaja que significa el gas para la transición energética y la economía del transporte.

“Necesitamos políticas de fomento reales al GNC, más aun cuando la Argentina está apostando al potencial de Vaca Muerta, sería una pena desperdiciar la oportunidad de fortalecer para siempre una industria innovadora que ya lleva 40 años acompañando al país”, sentenció el entrevistado.