En un mundo cada vez más comprometido con el cuidado del medioambiente, la dirigencia y los especialistas del sector profundizan decisiones y políticas conjuntas para ser protagonistas de un desarrollo más sostenible y responsable.

En este caso, se trata de un ambicioso plan de monitoreo, impulsado por la Cámara de Expendedores de Combustibles de La Pampa, que se centra en el análisis de efluentes, agua subterránea y de consumo humano, con el objetivo de detectar y prevenir posibles procesos de contaminación, tanto en Estaciones de Servicio, como en venta directa al agro.

La iniciativa, que aún está en etapa de implementación, responde a los requisitos de la Ley 3195 y las exigencias de actualizaciones en las declaraciones de impacto ambiental.

Aunque actualmente son las estaciones de bandera YPF las principales obligadas a realizar análisis fisicoquímicos y bacteriológicos de agua, este programa busca extenderse como una práctica recomendada a otras marcas y establecimientos.

“Es una inversión que permite a las empresas contar con datos cuantitativos para respaldar su gestión ambiental y obtener indicadores a largo plazo“, aseguró una de las responsables, Gisela López a surtidores.com.ar. Agregó que este enfoque no solo refuerza las prácticas de sostenibilidad, sino que también actúa como un sistema de alerta temprana ante posibles riesgos, resguardando tanto el entorno como la salud de los trabajadores y clientes.

El control incluye diferentes ítems importantes de una Estación de Servicio a saber:

Cámaras decantadoras: Dispositivos esenciales para el tratamiento primario de los efluentes. Según las profesionales, “un monitoreo adecuado verifica que los valores de aceites, minerales e hidrocarburos estén dentro de los límites legales, asegurando que las cámaras funcionen correctamente”.

Pozos de monitoreo: Infraestructura obligatoria que permite controlar la calidad del agua subterránea y detectar posibles contaminaciones, ya sea internas o externas.

Análisis de agua para consumo humano: Se realizan estudios bacteriológicos y fisicoquímicos para garantizar su calidad. “Estos análisis son una herramienta invaluable para prevenir riesgos y actuar de forma inmediata ante cualquier contingencia”, explicó otra de las especialistas, Mónica Álvarez Redondo.

Gestión de residuos peligrosos y huella de carbono: Incluye la capacitación anual del personal para minimizar riesgos ambientales. A esto se suma la elaboración de un informe de huella de carbono, un proyecto en desarrollo que busca posicionar a las Estaciones de Servicio de La Pampa como referentes en prácticas sostenibles.

La iniciativa no solo busca cumplir con las normativas vigentes, sino también fomentar una cultura de gestión ambiental integral entre las empresas asociadas a CECLA. Según López y Álvarez Redondo, “este tipo de prácticas no solo refuerzan la sostenibilidad, sino que también aportan tranquilidad a las empresas, garantizando que sus operaciones están alineadas con los más altos estándares ambientales”.