La remediación de suelo de las Estaciones de Servicio tiene un costo muy elevado a afrontar. Monto que puede alcanzar hasta $10.000.000 o $15.000.000 (todo depende en sí del grado y dimensiones de la afectación del sitio) en aquellos casos donde no se dio la importancia necesaria a las medidas y estudios preventivos.

Surtidores.com.ar se contactó con el Licenciado en Geología, Jorge Alberto Caccavo, jefe de proyectos del área ambiental de HSE S.A, para conocer cómo acceder la situación de una Estación y cuáles son las prácticas más comunes a corregir o para no afectar un terreno ajeno del predio y así no enfrentar un problema mayor.

“Hay que tener buenas prácticas para evitar la contaminación del suelo / agua. Primero está la auditoría de hermeticidad de los tanques, donde se realiza un estudio de la integridad y operatividad del S.A.S.H (sistema de almacenamiento subterráneo de hidrocarburos) y cañerías mediante equipos especializados para tal fin. En esta etapa se determina si las instalaciones presentan alguna falencia que pudieran ser la fuente de aporte de una potencial afectación del medio”, sostuvo el especialista.

“Asimismo, se realizan estudios ambientales mediante el análisis del suelo y agua en áreas inmediatas a las instalaciones de interés. Y dichas perforaciones deben llegan hasta el nivel freático o comúnmente denominada `primer agua´”, aseguró.

Y agregó: “El mejor control que se puede realizar es tener los pozos freatímetros, que llegan hasta el nivel del acuífero y uno monitorea, mediante personal idóneo, la situación química del agua, que es lo que la normativa establece”.

Según explicó Caccavo, las perforaciones se hacen en seco, es decir que no se debe agregar ningún tipo de agente externo que pueda alterar el resultado. Mientras que los costos asociados dependen de varios factores como la profundidad del nivel freático del área de estudio, cantidad de tanques y su distribución, aunque comentó que una Estación de Servicio pequeña que posee cuatro tanques en el mismo sector y con perforaciones promedio de seis metros, rondaría los $500.000, aproximadamente.

“Luego hay otros factores a considerar que hacen un leve impacto, como puede ser un pico expendedor que no corta a tiempo, derrama combustible y, en lugar de utilizar absorbente para la contención del mismo, usualmente se deriva el producto a la rejilla perimetral. Y, en ocasiones, ésta o la cámara separadora presentan rajaduras, lo que conlleva a una contaminación puntual alrededor de esas áreas”, comentó.

A ello añadió que otro sector con bastantes falencias suelen ser los baldes antiderrames, aunque sea difícil de medir: “Cuando un camión cisterna culmina la descarga de combustible, se mide y cuantifica lo que ingreso al tanque, pero si la falencia o pérdida está en la boca de conexión de roscada del balde antiderrame, es un combustible que se pierde, sumado a la variación de temperatura del producto al ingresar al tanque, es muy difícil que el establecimiento detecte esta situación, la cual frecuentemente se determina en la ejecución del estudio ambiental”.

Por lo que aconsejó que para las bocas de expendio que ingresen en fase de modificación o remodelación, una buena medida sería instalar sistemas antiderrames debajo del surtidor y la bomba de tanque, además de las buenas prácticas de control de combustible, y así evitar un pasivo que indirectamente condicione momento de venta del terreno, el cambio de bandera o situación ambiental ante la normativa vigente.