Elementos de protección
Especialistas coinciden en que la pandemia marcó un antes y un después, sobre todo en lo que respecta a la adopción de nuevos hábitos de higiene y cuidado en las empresas. Ante este panorama, varias medidas han sido adoptadas para evitar cualquier posible propagación del virus, especialmente en un sector esencial como el expendio de combustibles.
De acuerdo a lo declarado a surtidores.com.ar, por Leonardo Carboni, Jefe de desarrollo de negocios de Libus, fabricante de elementos de protección personal, “las conductas más utilizadas fueron la implementación de termómetros al ingreso, dispensers de alcohol en gel, distanciamiento social, sanitización de todas las áreas, purificación de aire, burbujas de trabajo y uso obligatorio de mascarillas y protectores faciales, entre otros”, detalló.
Agregó que más allá de la coyuntura sanitaria, siempre es aconsejable invertir y conocer sobre productos de calidad, diseño y confort, para que el empleado de playa y minimercdo se sienta protegido al realizar sus tareas cotidianas.
“Este último año, ha sido de mucho desafío y aprendizaje, que sirvió sobremanera para mejorar la calidad de vida y seguridad de los trabajadores”, comentó.
Aconsejó que nunca hay que perder de vista las recomendaciones sobre el uso y adquisición de elementos de protección personal (EPP) acorde al riesgo al que se está expuesto.
Destacó a su vez, que el uso de EPP está normado en nuestro país por la resolución 292/ 2011 de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo que señala que es importante que estén certificados y homologados, y capacitar al trabajador para su uso correcto
“Hoy, ninguna actividad se concibe sin un sistema de gestión de riesgo que contemple medidas de prevención de accidentes y enfermedades profesionales y en especial, las Estaciones de Servicio, que se destacan por su estricto cumplimiento.”, explicó Carboni.
Aseguró que resulta un dato no menor, que por ley, toda empresa debe tener un servicio de seguridad e higiene laboral, que debe auditar y elaborar reglas que indiquen al trabajador cómo realizar las tareas de forma segura.
En este sentido, afirmó que el desafío de un profesional de Higiene y Seguridad está asociado con preservar la salud psicofísica del empleado. “Cuando una mesa o silla se rompe, se puede arreglar, pero cuando una persona se enferma o se accidenta es difícil recuperarlo”, destacó, para advertir que “hay que tener presente que una incapacidad laboral definitiva, aunque sea mínima, incide en la esfera familiar y social del empleado”.
Acivar/desactivar voz
Leer página