Impacto en la actividad
José Bendersky, médico y asesor de entidades de expendio de combustibles, reconoce cuatro etapas sobre las que han transitado los empleados. Actualmente se encuentran en la de la “esperanza” por la llegada del verano y, sobre todo la vacuna, pero recomienda “no aflojar” a los cuidados que exige el virus.
A lo largo del 2020, el COVID-19 y sus distintos efectos han sido percibidos de diferentes formas por el personal de las Estaciones de Servicio, reconoce José Bendersky.
El médico y asesor de entidades de expendio de combustibles cuenta a surtidores.com.ar que se pueden divisar cuatro etapas.
La primera se dio en el primer trimestre del año, poco antes de la llegada del virus a Latinoamérica. En ese momento los trabajadores tendían a “minimizar” al COVID-19 por tratarse de “algo que estaba sucediendo lejos, en Europa y Asia”, indica.
Luego se dio la segunda etapa, la de “subestimar” al virus. Ésta empezó con la detección de los primeros casos en el país y la posterior flexibilidad de la cuarentena estricta. Los empleados (de franjas etarias de menor riesgo frente al COVID) si bien acataban con todas las medidas de seguridad, lo observaban con cierta despreocupación.
“Se han hecho muchas capacitaciones en el personal”, destaca Bendersky respecto a normas de higiene, elementos de protección personal y uso y mantenimiento de los artículos de trabajo.
Un dato interesante que arroja el médico especialista es que “el 87 por ciento de los contagios a nivel ocupacional se da fuera del trabajo”. Por lo que se ha capacitado a los empleados a que mantengan ciertas condiciones de seguridad sanitaria una vez cumplida su jornada laboral.
Además, señala que “el 80 por ciento de la tasa ocupada en una Estación de Servicio trabaja al aire libre”, lo que baja aún más el riesgo si se cumplen los cuidados básicos.
Bendersky cuenta que en este momento se está transitando el ocaso de la tercera etapa, que es la del “agotamiento” ante la cuarentena y el temor frente a la letalidad (expresada en cantidad de muertos) que tiene el virus.
“Estamos atravesando la fase de la ansiedad, el miedo, la depresión y la incertidumbre”, advierte.
Finalmente el médico especialista indica que estamos por ingresar a la cuarta etapa, que es la de la “esperanza”. Se trata de la ilusión de que el virus será contenido por la llegada del verano y que, con la vacuna, podrá ser eliminado.
Sin embargo advierte: “esto no quiere decir que llegaremos a la normalidad en un par de meses. Nadie se va a jugar a poner una fecha porque estamos aprendiendo en el día a día con esto”.
“No hay que aflojar” a las medidas de seguridad sanitaria, cierra Bendersky.
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