Técnica sencilla de fácil aprendizaje
El paro cardiorrespiratorio es una de las principales causas de muerte en el mundo. Las probabilidades de supervivencia fuera del hospital son mínimas, excepto que se sigan los pasos de la secuencia de atención basados en los protocolos internacionales.
Dentro de los primeros socorros, es prioritario comenzar lo antes posible con la reanimación cardiopulmonar (RCP), que consiste en efectuar compresiones torácicas rápidas y fuertes, que permiten movilizar la sangre al corazón, al cerebro y a los pulmones, y hacer ingresar aire en los pulmones mediante la ventilación o las respiraciones de rescate.
SECUENCIA DE ATENCIÓN DEL PARO CARDIORRESPIRATORIO
Cuando se reconoce un posible paro cardiorrespiratorio, y se determina que no responde y no respira, se aplica la secuencia de atención del paro. Esta secuencia es una serie de 5 pasos que apunta a reducir al máximo la mortalidad en estos casos (acceso rápido a la víctima y activación del SEM (Servicio de Emergencias Médicas), RCP de calidad, desfibrilación, atención avanzada y cuidados posteriores al paro. Cuanto antes comience cada eslabón de la cadena, mayores serán las posibilidades de supervivencia de la víctima.
RCP DE CALIDAD
La RCP es una técnica sencilla de fácil aprendizaje que consiste en oxigenar y enviar sangre al corazón y cerebro a través de compresiones torácicas externas y respiraciones de rescate. El objetivo de la RCP es hacer que la sangre siga circulando y, de esta manera, mantener viva a la persona con maniobras de reanimación externas. Así, se retrasa el daño causado por la falta de oxígeno y nutrientes hasta la llegada del DEA o del SEM.
Administre respiraciones de rescate.
SÓLO COMPRESIONES TORÁCICAS
Realizar únicamente compresiones torácicas es una alternativa aceptada. Efectúe compresiones torácicas continuas en el caso que usted no tenga un dispositivo de barrera y/o la víctima tenga sangre o secreciones en la boca, o no se sienta seguro con la técnica para administrar aire. En este caso, las compresiones deben ser administradas de manera continua a un ritmo de al menos 100 compresiones por minuto y un máximo de 120 compresiones por minuto.
Lic. Lorena Estanga. Instructor Primeros Socorros, RCP y uso de DEA
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