Sin casco ni patente: las estaciones suman obligaciones que le corresponden al Estado

Casco, patente, oblea de GNC en condiciones y hasta que el escape no sea ruidoso. Esas son algunas de las obligaciones que el imaginario legislativo le impone a las estaciones de servicio para delegar en la gestión privada acciones que son propias del Estado.

Esto es lo que sucede en muchas localidades, en especial del interior del país, con el objetivo de reducir los accidentes viales, la contaminación auditiva y ambiental y a la vez, engordar las arcas de las provincias. Para muestra vale enfocarse en el municipio de Villa Gobernador Gálvez, provincia de Santa Fe, donde una ordenanza no solo impide la carga de combustible a los motociclistas que circulen sin protección sino que además los operarios deben corroborar que estén correctamente registradas.

El proyecto prohíbe textualmente “el expendio de combustibles o aditivos a los conductores de motovehículos que no exhiban dicho elemento al momento de la compra. La prohibición se extenderá sobre todo vehículo que no cuente con su correspondiente chapa patente“, dice. Y establece sanciones, primero en dinero, y luego la clausura, a quienes la desoigan.

La situación provoca más de un dolor de cabeza, primero al empleado, que debe exponerse en un buen número de casos a la agresión de quien está impedido por la ley de abastecerse, y más tarde al empresario, que debe hacerse cargo del pago de una multa.

Sin embargo y más allá las consecuencias que acarrea estas “ingeniosas” medidas, en la provincia de Buenos Aires también proponen privar del suministro a los motovehículos que no contaran con el sistema de escape de gases en correcto funcionamiento, incluyendo el silenciador o con los dos espejos retrovisores, provistos uno a cada lado del manubrio de conducción.

Su impulsor, el ex diputado Roberto Firpo, justificó su moción en la “fuerte desaprensión de los motociclistas hacia sus conciudadanos, toda vez que por moda, por falta de mantenimiento o simplemente por desidia, el sistema de escape de gases del motor no funciona correctamente, es defectuoso o tiene en falta el silenciador de sonidos, lo que conlleva una agresión auditiva injustificada”.