Actualmente, según una estadística dada a conocer por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en Enero el parque automotor de nuestro país estaba integrado por 14.512.469 unidades. La cifra excede en casi dos millones la cantidad de rodados que circulaban el mismo mes pero de 2014.

Tomando en cuenta información del Ministerio de Energía y Minería de la Nación, hace tres años atrás el consumo de naftas y gasoil al público totalizaba 1.414.510 metros cúbicos, mientras que al presente el volumen alcanza 1.358.215.

Comparando ambas referencias, se desprende que el consumo promedio por vehículo cayó de 111.86 litros mensuales a 93.58 a pesar del mayor número de autos y camiones que transitan por las rutas de la Argentina. El relevamiento no contempla la incidencia del GNC.

De acuerdo a la opinión de los especialistas, los “datos duros”, transparentan el efecto que los aumentos de precios provocaron en el bolsillo de los consumidores.

Mario Amado, Presidente de la Cámara de Expendedores de Entre Ríos afirmó al respecto que “los aumentos reiterados repercuten en el nivel de consumo de combustible y esto claramente afecta al sector. La gente tiene otras prioridades, comprar la comida de su casa, pagar la luz y, si puede ahorrar en algo, no saca tanto el auto”.

En ese sentido, el directivo adelantó que “se evalúa cobrar un plus con el fin de paliar la situación de las estaciones de servicio, ya que las ventas disminuyeron muchísimo y eso afecta a nuestra rentabilidad”.

Explicó que, además de la caída en las ventas, el sector enfrenta “la suba de gastos operativos, y necesitamos vender más litros para cubrir los gastos, pero las ventas siguen bajando”.

Amado afirmó que “de los 20 pesos que se pagan por un litro de nafta, a nosotros  nos queda 1,50 pesos ó 1,60, y necesitaríamos como mínimo 2,50 pesos”. Admitió que también negocian con las petroleras para que le reconozcan una mayor participación en el precio final.