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Un documento del grupo multitarea que analiza los cambios en la distribución secundaria, plantea ordenar la cadena, reducir la discrecionalidad y avanzar hacia reglas más flexibles.
El proceso de reforma del mercado de combustibles en Uruguay avanza hacia una definición que tendrá impacto directo en las Estaciones de Servicio.
El documento final elaborado en el ámbito del MIEM y URSEA, con participación de todos los actores del sector, deja un mensaje inequívoco para los minoristas: el objetivo es ordenar la cadena, reducir la discrecionalidad y avanzar hacia reglas más flexibles, pero en un escenario de mayor competencia y menor protección implícita.
Las conclusiones del informe -en poder de Surtidores- reconocen que la regulación vigente quedó fragmentada, con resoluciones transitorias que terminaron generando incertidumbre para los operadores, a raíz de lo que se propone avanzar hacia una reglamentación integral de la distribución secundaria, con un período de transición no mayor a dos años, durante el cual se redefinirán las condiciones de funcionamiento de las estaciones.

APERTURA Y TRASLADOS. REGLAS MÁS FLEXIBLES
Uno de los cambios más relevantes para las Estaciones de Servicio es la recomendación de derogar la Resolución 377/2022, que reguló la apertura y traslado de nuevos puestos de venta. El informe sostiene que no existen fundamentos normativos sólidos para mantener barreras de entrada, por lo que propone reglas transitorias más claras y flexibles mientras se avanza, a futuro, hacia un régimen de libre instalación.
Si bien el MIEM ya había exhortado a URSEA a no aplicar la Resolución, el documento ahora va un paso más allá y plantea, por primera vez, su eventual derogación, en el marco de una reglamentación integral de la distribución de combustibles.
Para los estacioneros, esto implica un escenario con mayor previsibilidad administrativa, pero también con la posibilidad concreta de que ingresen nuevos competidores en zonas hoy consolidadas. La contracara es que los traslados de estaciones existentes deberían facilitarse, siempre que se ajusten a la normativa técnica y de seguridad y no generen desabastecimiento territorial.

CAMBIO DE SELLO: UNA HERRAMIENTA QUE GANA PESO
El documento pone especial énfasis en la movilidad de sellos como mecanismo para mejorar la posición negociadora de los minoristas. Desde la óptica del grupo técnico, facilitar el cambio de sello “permitiría reducir la asimetría de poder entre estaciones y distribuidores mayoristas, fomentando la competencia y evitando relaciones contractuales rígidas o abusivas”.
Para muchas estaciones, especialmente las de menor escala, esta señal es clave: el cambio de sello aparece como una válvula de escape frente a contratos largos y condiciones comerciales difíciles de renegociar.
Fuentes de UNVENU indicaron a Surtidores que la gremial “busca reivindicar que el punto de venta sea del estacionero. Si eso fuera así el dueño podría optar por una distribuidora”.
INTEGRACIÓN VERTICAL Y SELLOS PROPIOS
Otro punto sensible para el sector es la integración vertical. El informe concluye que la actual limitación a los sellos propios de los distribuidores mayoristas carece de respaldo normativo suficiente, por lo que insiste en derogar la medida.
Sin embargo, aclara que cualquier futura limitación deberá estar debidamente justificada en el interés público, y acompañada de controles que eviten abusos de posición dominante. Para las estaciones, esto significa que el debate sobre “COCOS” sigue abierto, pero ya no desde una prohibición general, sino desde la lógica de la competencia efectiva.
MARGENES Y COSTOS
En materia económica, el documento recomienda mantener la metodología vigente para la determinación del Precio Máximo Intermedio durante el período transitorio, mientras se revisan los criterios de cálculo. Esto implica que, en el corto plazo, no se esperan cambios abruptos en los márgenes minoristas.
No obstante, se advierte que si se avanza hacia un esquema de libre instalación, será necesario evaluar eventuales ineficiencias del sistema y su impacto en la rentabilidad de las estaciones, especialmente en zonas de menor volumen.

ZONAS DESABASTECIDAS
El análisis también pone foco en la necesidad de proteger el abastecimiento en localidades de baja rentabilidad. Se plantea que la reglamentación integral deberá definir con claridad qué se entiende por zonas desabastecidas, qué obligaciones de cobertura tendrán los distribuidores y qué mecanismos se aplicarán para evitar el cierre de estaciones en puntos críticos.
Para los estacioneros del interior, este punto será determinante en la sostenibilidad del negocio.
ADAPTACIÓN ANTE CAMBIO DE REGLAS
El mensaje final para las Estaciones de Servicio es claro: la nueva regulación apunta a más libertad de entrada, mayor movilidad y reglas más claras, pero en un mercado más competitivo y con menos resguardos implícitos.
El período de transición será clave para que los operadores evalúen su posicionamiento, revisen contratos y definan estrategias, pero pensando que la rentabilidad dependerá, cada vez más, de la gestión.
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