Por la devaluación y la suba del barril, las petroleras volvieron a la carga para presionar al gobierno por un nuevo aumento del 20 por ciento en las naftas, antes de las elecciones. Entre los cálculos también tienen en cuenta la llegada del tipo de cambio a casi 47 pesos por dólar y los impuestos que componen los combustibles.

En otros tiempos no tan lejanos, estos anuncios eran bien recibidos por los comercializadores minoristas, quienes tenían como única variable de recuperación de ganancia, el pequeño porcentaje de precios finales sugeridos.

Pero actualmente, luego de la depreciación de la moneda y la inflación sostenida, la visión de los estacioneros es totalmente opuesta. “Hablando con los colegas de las demás banderas, compartimos nuestra preocupación porque este aumento aunque se haga en distintas etapas progresivas, no hace otra cosa que reflejar la dura realidad de la economía argentina”, comunicó a surtidores.com.ar, el referente del sector Miguel De Paoli.

El ex titular de la Cámara de Estaciones de Servicio del Chaco, destacó que “esta situación es centro de las charlas que tenemos cada día con todos los empresarios de nuestra actividad, que se traduce en la caída constante en los volúmenes de venta”.

Justificó la opinión en que “los  salarios de nuestros clientes, muy difícilmente puedan acompañar las escaladas de los precios, en una proporción como la que pretenden las petroleras, por lo menos hasta que haya una recuperación del poder adquisitivo”.

A pesar de ello, aseveró que “las compañías van a tener que mostrar la más cruda verdad a partir de los aumentos del precio del barril del petróleo y respecto a la cotización del peso argentino”.

TARJETAS DE CREDITO

Finalmente y en otro orden de cosas, De Paoli aseguró que “por el momento, muchos bancos privados, no aceleraron la implementación del acortamiento de plazos en la acreditación de las operaciones con tarjetas de crédito” y dijo que “al día de hoy no están impactadas en las cuentas los valores en cuestión”.