Tras más de dos años desde que SIFER GAS lanzó el sistema de franquicias de Estaciones de Servicio de Gas Licuado de Petróleo Automotor (GLPA) en Argentina, los proyectos de expansión se mantienen firmes y desde la compañía ya ponen la mirada en ganar más terreno en el mercado.

“Estamos puliendo la documentación a presentar y seguramente saldremos con fuerza a ofrecer más franquicias a nivel nacional. Todavía el GLPA no tiene tanto volumen en el país, pero si seguimos con esta política expansiva, lograremos algún resultado positivo ya que es un proceso progresivo y es un producto con muchas fortalezas”, sostuvo Raúl Persoglia, presidente de SIFER GAS, en conversación con surtidores.com.ar.

“Puntualmente, durante el 2023 apuntamos a iniciarnos en el negocio del diésel y trabajar fuertemente sobre la ampliación de la franquicia. Es una muy buena oportunidad para aquellos estacioneros que no están embanderados, aquellas nuevas o que su bandera se los autorice”, agregó.

SIFER GAS es una empresa que desde hace varios años expende GLPA con bocas propias en las provincias de Chaco (Resistencia y Sáenz Peña), Formosa (capital), Corrientes (capital), y San Juan. A lo largo del último tiempo realizó una alianza con otras empresas para desarrollar dos motores (aún en prueba) con los que convierten motores originalmente diésel: Uno dual que funciona con un mix de gasoil y Gas Licuado de Petróleo Automotor, y el otro funciona 100 por ciento del último combustible mencionado.

El dual está colocado en un colectivo de línea urbana, en proceso de evaluación en el uso cotidiano y, al final del día, desde la compañía descargan los datos sobre cómo funcionó el sistema instalado para obtener información precisa. En tanto que el segundo motor probado en el banco, aún no fue equipado.

Asimismo, las principales ventajas del Gas Licuado de Petróleo Automotor están vinculadas con el precio, la autonomía y la estabilidad en el abastecimiento del producto, dado que durante 2022 no sufrió de quiebres de stock como sí los tuvo el gasoil a mediados del año pasado tras la disparada de precios del barril de petróleo por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.

“No tuvimos problema de desabastecimiento durante el período de trabajo ni lo tendremos a futuro por el desarrollo de Vaca Muerta, entendiendo que hay una importante cantidad de gas para procesar“, aseguró Persoglia.

Mientras que en cuanto a valores económicos, el salto de ahorro es más grande, “principalmente en el segmento del transporte pesado donde se replantea el uso del gasoil y donde hay una asimetría más grande con respecto al precio“, complementó.

El GLPA resulta hasta un 40 por ciento más barato que la nafta. Pero en el transporte pesado, la diferencia es aún mayor, alcanzando 50 por ciento en diésel 500 y 64  por ciento en el gasoil premium, según explicó el presidente de SIFER GAS.